Ahora a otra cosa. Va el Astillero de hoy, y una columna que comenta la carta de Enrique Calderón Alzati dirigida a AMLO.
Astillero
■ Versiones y conversiones
■ Mordaza Azuleta
■ Actas de abuelos de Iván
■ Becas al joven Gurría
La bravía Ruth Zavaleta se vuelve mansa cuando del tocador Mouriño se trata. Siempre dispuesta a opinar de temas polémicos, sobre todo si le permiten confrontar a sus presuntos compañeros de causa y dar parque mediático a quienes aparentemente son sus adversarios, la directiva de la mesa Presidente de la Cámara de Diputados ha preferido la graciosa huida sobre la apasionada entrega (adaptación para asuntos políticos de la definición del toreo que décadas atrás hizo el famoso cronista Pepe Alameda). “No juzgo”, dijo la creadora de fábulas de cantina, promotora de la participación abierta de religiosos en la política y anfitriona en San Lázaro de un sabidamente contaminante Juan Camilo Pemexiño que a principios de enero fue a ver a la señora Zavaleta para tocarle políticamente la pierna al proceso legislativo de reformas constitucionales privatizadoras de energéticos. La diputada otrora muy declarativa explicó que no es agente del Ministerio Público y que no le preocupa que la consideren “más azul que amarilla” (¿Ruth Azuleta?).
Francisco Thomas hace una pregunta fundamental: “Vamos a suponer que la mamá del secretario de Gobernación haya nacido en el Distrito Federal, de padres españoles, como dicen. En la fecha de su nacimiento nuestra Constitución señalaba que, al llegar a los 18 años, tenía que optar por una nacionalidad y renunciar a la otra. ¿Por cuál nacionalidad optó la mamá de Mouriño al llegar a la mayoría de edad?” Aprovecha esta columna la oportunidad para dar a conocer en www.astillero.tv las actas relacionadas con los abuelos maternos de Juan Camilo Mouriño Terrazo, padres de María de los Ángeles Terrazo. El 8 de octubre de 1942, Camilo Terrazo Vales solicitó naturalizarse mexicano, para lo cual, según documento firmado por Jaime Torres Bodet, subsecretario de Relaciones Exteriores, hizo “formal renuncia de su propia nacionalidad como español” y protestó “adhesión, obediencia y sumisión a las leyes y autoridades de la República” mexicana. Por su parte, María Blanco Durán de Terrazos obtuvo el certificado de nacionalidad mexicana 1397, el 18 de septiembre de 1953, al informar a Relaciones Exteriores que tenía su residencia en la República Mexicana y había contraído matrimonio el 14 de octubre de 1946 con Camilo Terrazos (sic) Vales, “de nacionalidad mexicana por naturalización”, por lo que ella habría adquirido la misma nacionalidad al momento de su enlace conyugal. La madre de Juan Camilo Mouriño, hija del matrimonio Terrazo Blanco, oficialmente nacida en el Distrito Federal, ¿podría aportar actas y documentos similares a los de sus padres, para demostrar que en tiempo y forma renunció a la nacionalidad española o, como en el caso de su controvertido hijo, mantiene esa doble condición? En ese contexto de fundamentadas sospechas crecientes, Jesús Zambrano, candidato a presidir el PRD en el Distrito Federal, aseguró tener “información confirmada de que le enviaron al domicilio de Mouriño las 36 boletas electorales para votar por legisladores de ese país. Si no fuera ciudadano español, no gozaría de ese derecho elemental; que no pretenda burlarse de los mexicanos”, dijo el perredista.
Otra conversión extraña es visible en la persona del licenciado Felipe Calderón. El país en vías de incendio le parece combustible adecuado para alimentar un farol de la calle y proponerse como mediador internacional en escenarios prebélicos. Llegado al precario poder gracias (entre otros factores) a una campaña agresivamente negativa sustentada en la descalificación y la difamación de Hugo Chávez, transferida arbitrariamente a Andrés Manuel López Obrador, el michoacano se cree en condiciones de negociar con aquel a quien golpeó por motivos electorales. La mexicana oscuridad de la casa también olvida que en el escenario latinoamericano, cargado a la izquierda, en términos generales se le considera manejable por Washington, así que su participación en pláticas pacificadoras se daría en función de los intereses del país que representaría, es decir, Estados Unidos. Calladito se vería más bonito, sería la recomendación que una buena institutriz política daría al jefe del jardín de niños Los Pinos, que tiene al país en desorden y sin visos de arreglo.
En noviembre del año pasado, los estudiantes mexicanos necesitados de recursos para estudiar en el extranjero se enteraron de que en sus maltrechas filas formaba un hijo de Roberto Madrazo Pintado que, ¡oh, sorpresa!, acabó ganando una beca de la SEP. Ahora, José Ángel Gurría Cárdenas ganó una beca de la Organización de Estados Americanos “para estudios de posgrado y/o investigación relacionada”. Es posible que el afortunado ganador solamente sea homónimo del actual director de la OCDE y que no tenga relación familiar alguna con él. Por lo pronto, el joven Gurría declinó la beca sin causa conocida. Por cierto, la misma persona está consignada en el Fonca, del CNCA, en el “Programa de Apoyo para Estudios en el Extranjero, 2007, música, estudios de jazz, énfasis batería y percusión”.
Y, dado que el tecleador viajero estará este miércoles a las 17 horas en el edificio de humanidades de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca para platicar sobre Mujer, democratización de los medios y soberanía, en un acto organizado por la Coordinadora de Mujeres Oaxaqueñas, integrante de la APPO, y que en la mesa de diálogo, organizada con motivo del Día de la Mujer, también participarán Patricia Jiménez, Nancy Mota y Verónica Villalvazo… ¡hasta mañana, con Rodríguez Zapatero adelantando a Rajoy en España, con lo cual la izquierda avanz…, no, la derecha disfrazada… no, nada más son siglas, apellidos, grupos y matices, pero en varias cosas acaban siendo casi lo mismo!
Comentarios a Enrique Calderón Alzati
Leí con interés su carta a López Obrador del 1° de marzo, al igual que leo sus artículos en general, ya que me parecen de muy buena factura y generalmente muy atinados. El del 1° de marzo pasado creo que vale la pena leerlo más de una vez, pues contiene algunas ideas sobre las cuales reflexionar profundamente y otras que no me parecen del todo correctas. Ciertamente es un artículo que generará, como ya lo ha hecho, respuestas viscerales de algunos que para nada están de acuerdo con su contenido y algunos otros que aplaudirán su contenido total, pues son fervientes opositores de AMLO y acomodados aduladores del sistema actual a expensas del cual viven con sus canonjías, sin desde luego merecerlas.
Coincido plenamente con su segundo párrafo, pues efectivamente el PRD ha logrado convertirse a lo largo de los años en una confusa ensalada de intereses que poco tienen que ver hoy día con los ideales que dieron origen al partido. Esto desde luego no significa que dentro de éste no haya mucha gente comprometida con los cambios sociales que requiere el país, pero desafortunadamente éstos no han podido articular las estrategias que pudieran dar sustento a los cambios.
En su tercer párrafo sugiere que AMLO no tenía (tiene) un proyecto político a la altura de las necesidades del país. No sé cuál sea la altura que usted considere satisfactoria, pero no coincido en que no tuviera un proyecto político para cambiar al país. Me parece que sin duda había proyecto, que desde luego adolecía de algunas faltas y serias ausencias de estrategias, pero comparado con el del contrincante era un portento de proyecto, y por lo menos había planteamientos muy claros de hacia dónde ir en el futuro.
Desde luego, coincido plenamente con su apreciación de que al haber sido declarado triunfador el candidato del PAN, AMLO se convirtió en la gran figura política nacional de oposición para enfrentarse al esquema panista de perder cada vez más soberanía para salvaguardar las estrategias del cáncer del “mercado”.
No estoy totalmente convencido de que se haya convertido en un “peleador callejero”, como usted lo nombra; si bien es cierto que quizás desde adentro de su “equipo” habría que sentarse a analizar y hacer un poco de autocrítica hacia cuáles son los caminos que conduzcan a mayor efectividad y menor desgaste de imagen. Ciertamente existe un gran sector de la sociedad, simpatizantes del PRD y de AMLO, que han terminado hoy, como dice usted, “por perder el entusiasmo” para impulsar los caminos por los cuales él desea que se conduzcan las estrategias que pudieran modificar el modelo que impulsa el gobierno actual.
Sin embargo, después de leer su carta, me pregunto: ¿qué habría como oposición sin AMLO? Con todo y sus defectos, y vaya que los tiene, es hoy la única fuerza y esperanza de millones de mexicanos que no ven ningún futuro a su alcance. Quizás es cierto, como usted dice, que haya perdido una parte de su patrimonio político, pues entre el hecho de que México es un país muy conservador que se encuentra entre dos fuegos, la ignorancia y la manipulación mediática, la realidad es que todavía para muchos es el bueno. Quizás, más que pedirle a AMLO que se haga a un lado, habría que pedirle que hubiera un poco de autocrítica y análisis para impulsar un escenario político más efectivo que vuelva a entusiasmar a todos aquellos que se han alejado por diversas razones, algunas incluso relacionadas con las que usted aduce en su artículo.
Quizás, más que nada, AMLO requiere de hacer un alto en el camino con el objeto de evaluar por cuál seguir. Hacerse a un lado, como usted sugiere, sólo conduciría a acelerar lo que usted mismo critica del gobierno actual, que impulsa “el modelo de concentración de la riqueza y de sujeción a los intereses extranjeros heredado de sus antecesores”. De todas formas, lo felicito por su pensamiento crítico.
2 comentarios:
Muy padre tu nickname, George Sand.
Muchas gracias ^-^
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