Es muy curioso el intento de esta gente por desviar la atención de las cosas que verdaderamente importan. Sinceramente no me interesa de qué viva López Obrador, y del pinche enano me interesa ÚNICAMENTE porque nosotros pagamos su sueldo. Pero en fin, vamos por partes:
¿Y usted de qué vive, señor López Obrador?
Por alguna extraña razón, que se parece demasiado a una suerte de complejo de culpa (¿será esa culpa por cerrarle los espacios a las voces críticas del régimen? Sinceramente LO DUDO), algunos medios han abierto espacio a López Obrador en los últimos días, no para entrevistarlo, lo que no tendría por qué ser extraordinario, sino con el fin de que el ex candidato presidencial no sólo invente iniciativas legislativas de terceros (quizás es consecuencia “de la imaginación de un político con baja popularidad”, como dijo Manlio Fabio Beltrones) (¿inventó una iniciativa? No lo sabía!! Pues qué contradictorio, yo siempre le escuchaba decir que EN EL MOMENTO EN QUE SE PRESENTE UNA INICIATIVA DE LEY para privatizar el petróleo, iba a movilizar a la sociedad, y ahora ya hasta le hizo el trabajo al enano y a Manlio Fabio. Les hablaría de la diferencia entre tiempos verbales presente del indicativo y del subjuntivo, pero para qué gastar mis deditos??) sino para que desfogue sus muy particulares conflictos personales, sus odios, antipatías, rencores (pobre, es que no tiene nadie que lo escuche, jajaja!!).
Lo paradójico es que, en ese sentido, López Obrador nos debe demasiadas respuestas: a él se le podría preguntar, “con todo respeto”, lo mismo, ¿de qué vive el ex candidato presidencial?, ¿quién lo mantiene? Hace ya casi dos años que terminó la elección y tres que dejó el gobierno capitalino y no sabemos de qué vive López Obrador (pues lo está agrediendo, señor. Este periódico no tendría por qué abrirle espacio para cuestionar los ingresos de un particular, porque lo importante son los actos públicos de la gente pública. Así que, ¿qué le importa?). En su momento informó que le pagaba su partido, como presidente legítimo, 60 mil pesos mensuales, pero la verdad es que las cuentas no cuadran: ¿cómo, con 60 mil pesos mensuales, puede mantener por lo menos cuatro casas? Porque en una vive con los hijos de su primer matrimonio, en otra, mucho más lujosa, con su nueva esposa y su otro hijo; con las inundaciones, hemos sabido que tiene un condominio horizontal de lujo en Villahermosa que estaba en ampliación y remodelación y tiene por lo menos otra propiedad, un rancho, en Macuspana, también en Tabasco (exacto, y siendo que su esposa no tiene ningún ingreso porque no hace nada, sus hijos igual, y del rancho de Macuspana ya corrió a sus familiares, quienes no aportaban nada para mantener su propia casa, además de que el propio López Obrador no tiene negocios propios u otra fuente de ingreso aparte de la mencionada. ¿Cómo le hace? Aquí hay gato encerrado…). Hace tiempo ya que López Obrador no utiliza el famoso Tsuru blanco, sino se mueve en camionetas. Sus hijos han tenido la fortuna de ir a buenas escuelas, uno de ellos por lo menos ha estudiado en el extranjero y trabaja en la Procuraduría capitalina (pero seguramente es trabajo voluntario y no le pagan).
Insisto, ¿de qué vive López Obrador? No se trata de ahorros porque nunca en su vida haya trabajado en el sector privado o ha sido un profesionista exitoso en algún ámbito (y yo tengo la completa seguridad de eso, y ya está. No pudo haber ahorrado de su trabajo en el gobierno, imposible). Luego de la universidad, trabajó en el gobierno federal, en posiciones muy modestas, de allí se fue a Tabasco, tuvo cargos medios en el gobierno estatal y fue por un periodo presidente del PRI en esa entidad. Cuando abandonó esa posición, por diferencias con el gobernador Enrique González Pedrero, estuvo un año fuera de toda actividad (cuando permaneció un tiempo en Cuba) y reapareció ya como candidato del entonces naciente PRD en su estado: estamos hablando de hace 20 años, en 1988. Desde entonces y hasta 97 su ocupación fue ser dirigente opositor, no tuvo ningún trabajo remunerado. Ese año se convirtió en presidente de su partido, el PRD, e imagino que recibió un sueldo por ello (claro que no, también trabajaba de gratis como su hijo) y en 2000 fue jefe del Gobierno capitalino hasta 2005, cuando volvió a ser candidato. En el GDF dice que percibió un salario máximo de 60 mil pesos mensuales. No es ni fue jamás legislador, no escribe, no ofrece conferencias, no pertenece a ninguna institución académica ni a una organización pública, no da asesoría a ninguna empresa u ONG, no tiene ninguna empresa, se supone que no recibe ingresos de ninguna otra fuente, ¿de qué vive entonces el ex candidato presidencial? No me parece mal que tenga un nivel de vida digno, pero vuelvo a preguntar, ¿de qué vive? Y lo pregunto porque él lo pregunta a sus adversarios (o en sus términos, lo agredo porque él agrede a sus adversarios).
Por supuesto, no es el suyo un caso único, pero sí asombra que, sin haber aclarado jamás algunos de esos y otros capítulos de su vida, López Obrador se quiera convertir en inquisidor de muchos otros, acuse, descalifique, se burle y se queje. Tiene derecho López Obrador a defender su vida privada, lo que desconcierta es que una y otra vez utilice la vida privada de los otros, de sus adversarios, para justificar posiciones políticas (pues sí, qué es eso de preguntarle a Zavala cuánto se roba el enano del dinero PÚBLICO para dárselo a él. ¡Es un atentado a su intimidad!), sin responder siquiera esas preguntas tan sencillas: ¿de qué vive?, ¿quién lo mantiene?, ¿paga impuestos? (qué mala memoria tengo, no recuerdo esa entrevista donde alguien le preguntó y él no respondió…); si se considera a sí mismo presidente legítimo, ¿hay algún mecanismo de transparencia que permita acceder a esos datos y verificar si son ciertos, como ocurre con cualquier otro funcionario público federal? (Ah no, claro que no, porque no hubo fraude y él no ganó las elecciones. ¿Cómo le vamos a pedir cuentas a alguien que ni siquiera es presidente?) Durante su gobierno en el DF, el manejo de los recursos se dio en la mayor opacidad. Hoy no es diferente (bueno, ahí gana un punto con nosotros los panistas: trata de imitar a nuestro enano presidente. Quizá piense en votar por él si se hace la cirugía y queda igual de guapo que don Juan Camilo I, virrey de la Nueva España).
1 comentario:
Te felicito por las respuestas tan contundentes que le das al esbirro del PAN Jorge Fernández Menéndez. Alguien envió a mi e-mail el artículo de Fernández (sin firma) y, al buscar el origen del artículo, he topado con tu blog; una casualidad afortunada. Algo bueno salió al final de todo esto. Continuaré leyendo tu blog. Felicidades, nuevamente.
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