(Fernando Mejía Barquera, Milenio, sábado 9 de febrero.)
A principios de esta semana, Andrés Manuel López Obrador anunció que enviaría cartas a los directores de periódicos y a los concesionarios de medios electrónicos de todo el país para solicitarles espacios en prensa, radio y televisión con el fin de exponer ante el pueblo de México sus argumentos sobre la reforma energética. Por supuesto, el político tabasqueño tiene derecho a pedir espacios mediáticos, sin embargo, la solicitud llama la atención por su forma, tono y contenido.
¿Todos son televisa? (No, pero casi, digamos… ¿99.99%?)
El lunes pasado, en conferencia de prensa, López Obrador dijo que enviaría cartas “a todos los concesionarios de radio y de televisión”. Aquí empiezan los problemas: ¿de verdad habrá enviado cartas a todos y cada uno de los concesionarios? En México hay más de mil concesionarios de radio y televisión; claro, muchos de ellos están afiliados a grupos radiofónicos o televisivos poderosos a los cuales rentan sus frecuencias para que éstos aumenten su cobertura. Por ejemplo, el grupo Radio Fórmula tiene 35 estaciones propias y 48 afiliadas, o sea, no es concesionario de las 83 emisoras que opera. Y en situación similar se encuentran los grandes grupos radiofónicos. Seguramente, López Obrador envió cartas a los presidentes de grupos radiofónicos y televisivos, pero eso es muy diferente a afirmar que se dirigiría a “todos los concesionarios” porque, reitero, serían más de mil. ¿Qué pasaría si todos los concesionarios respondieran afirmativamente a su solicitud y tuviera que hacer un tour por toda la República? Sería imposible hacer una agenda para cumplir con más de mil visitas. De entrada, AMLO y su equipo han mostrado desconocimiento de la estructura de propiedad en la radio mexicana. (Puta, sí, eso es lo más trascendente del asunto, que AMLO no pueda ir a sus citas con los medios y nadie se haya dado cuenta. ¡Qué inteligente es Fernando Mejía Barquera!)
Otro elemento que llama la atención en la solicitud de López Obrador es la preferencia que da a un medio sobre los otros. Durante su conferencia de prensa, como acto simbólico, López Obrador leyó la carta dirigida a Emilio Azcárraga Jean, presidente de Televisa, en la cual le solicita “nos brinde los tiempos y espacios televisivos para hacer uso del derecho a la información...”. Después de leer la carta, López Obrador la firmó en presencia de los reporteros: ¿por qué la preferencia a Televisa? ¿Acaso AMLO considera a Azcárraga o a Televisa representantes de los medios en México? ¿Firmar una carta dirigida a Azcárraga equivale a firmar una carta dirigida a todos? ¿O se trata más bien de que es Televisa el interlocutor que busca López Obrador, el que le importa, donde realmente le gustaría asistir? Al hacer esa distinción, López Obrador colocó automáticamente a todos los otros medios en un segundo plano, un acto de discriminación que no tenía razón de ser. (De verdad, ¿no es todo este párrafo estarse haciendo DEMASIADO PENDEJO él sólo? Es decir, ¿algún panista se atrevería a decir que Televisa no es el medio de comunicación más importante y con mayor cobertura del país? Digo, el que eso me cague no significa que no lo reconozca…)
Medios públicos
Pero hay más: ¿por qué López Obrador sólo se dirigió a los medios privados? ¿Los medios públicos no cuentan o sencillamente no le interesa aparecer en ellos? Medios públicos como el IMER, Radio Educación, Canal 11, o los medios universitarios, tienen servicios informativos muy apreciables que a López Obrador, sin embargo, parecen no interesarle. (Mismo punto anterior: me parece tan obvio que no puedo creer en su insistencia por hacerse pendejo.)
Y hay un punto adicional: ¿por qué en el caso de radio y televisión, López Obrador se dirigió a los concesionarios que, como sabemos, son los virtuales dueños de los medios, mientras que en el caso de los periódicos mandó cartas a los directores, que en muchos casos son periodistas? ¿Por qué en el caso de los medios electrónicos pasó por alto a los periodistas y se dirigió a los dueños? ¿Por qué no, por ejemplo, envió cartas a los conductores de los noticiarios o a los directores de noticias solicitándoles un espacio? López Obrador, tal vez sin desearlo, faltó al respeto a periodistas que trabajan en medios electrónicos. Parecería suponer que en los medios electrónicos no hay autonomía en ningún espacio informativo: “Mejor me dirijo a la cabeza para que ésta ordene a los periodistas subordinados”, habrá sido su razonamiento. (Jajaja!! Vaya, al fin lo admiten!!)
Quizá por ello, conductores como Javier Solórzano, en Radio Trece, o quienes realizan el programa El Weso, de XEW, hicieron de inmediato, al aire, una invitación a López Obrador para que asista a esas emisiones. El problema es que como el ex candidato perredista no se dirigió a los periodistas, sino a los dueños, quién sabe si acepte la interlocución con alguien a quien no se dirigió pero que le respondió. (Sí pues, quién sabe…)
El jueves, en Zacualpan, Morelos, AMLO anunció que el próximo lunes dará a conocer el resultado de su petición: “Vamos a informar —dijo— quiénes nos están dando esos espacios y quiénes no quieren que nada se dé a conocer”. Lo mejor que podría sucederle a López Obrador sería, obviamente, que muchos medios aceptaran e iniciara un tour por diferentes emisoras y periódicos para dar a conocer sus puntos de vista. Porque si son pocos los medios que le hicieron caso, seguramente escucharemos nuevamente al político tabasqueño hablar de un “cerco informativo” en su contra. (Uy, lo bueno que no nos importa la opinión de López Obrador…)
Una razón para ningunear al enano en el 2008.
No hay comentarios:
Publicar un comentario