Calderón es un peligro para México
SATIRICOSAS
Manú Dornbierer
La famosa frase goebbeliana del candidato Felipe Calderón: “López Obrador es un peligro para México”, se le puede hoy aplicar a él, pero con la diferencia de que el espurio ha demostrado durante dos años en hechos su alta incompetencia y peligrosidad, ya que el país va en picada en todos aspectos. ¡Por eso está pidiendo Lipe 1,723 millones de pesos al Congreso para su personal publicidad que hasta el PRI le reprocha!
Pero hoy mismo el peligro es mayor y México está al borde del precipicio: 1.- Por la inconstitucional lucha calderonista de entregar el petróleo a las compañías extranjeras. 2.- Por la inminente aplicación de un Plan México, disfrazado de Iniciativa Mérida, es decir la intervención de militares gringos en México, como en Colombia. ¡Y todavía recorta aquí los programas sociales para meter 40% más en su personal narcoguerra cuyo resultado son casi 6 mil ejecuciones y ningún beneficio para la sociedad mexicana!
Calderón logró su verdadero cometido al enfrentar, aun contra la opinión de la ONU, al Ejército Mexicano contra los narcos. Hoy el Washington Post asegura que la intervención es una necesidad para USA. Esta es la nota:
“El grado de violencia criminal en México, similar al de Afganistán: Washington Post”.
“La guerra en México (contra el narcotráfico) es, a su propia manera, tan crítica a los intereses de Estados Unidos como la de Afganistán; en ambos casos, un mayor compromiso estadounidense es requerido”, afirma The Washington Post en su editorial “La guerra de México”, publicado el diez de septiembre de 2008.
“Más soldados y oficiales policiacos mexicanos han muerto combatiendo las bandas de la droga en los últimos dos años que el número de tropas estadounidenses y de la OTAN abatidas combatiendo contra los talibanes. Las bajas civiles han sido igual de numerosas y de espeluznantes. Se han dado veintenas de decapitaciones, masacres de familias enteras y asesinatos de altos oficiales. Según la cuenta oficial, los secuestros en México ahora son de 65 al mes, en promedio, un rango mucho más elevado que en Afganistán e Irak”, señaló.
“Algunos funcionarios mexicanos argumentan que la escalada de la violencia es indicadora del éxito del Gobierno –al enfrentar y atacar a las bandas de la droga–, aunque han provocado un revire. La mayoría de los mexicanos parece creer que el Gobierno está perdiendo la guerra”, afirma el Post.
El editorial señala que el desafío que enfrenta el presidente Felipe Calderón, quien “valientemente declaró la guerra” a los cárteles del narco, recibe relativamente poca atención en Estados Unidos “porque los estadounidenses, en muy raras ocasiones, están entre las bajas”. Sin embargo, subraya que es el dinero de los consumidores de droga en Estados Unidos, y también el flujo de armas a México, lo que está “nutriendo esta guerra”.
Lo que está en juego, afirma, “no es sólo el éxito del Gobierno liberal y amistoso del señor Calderón, sino la sobrevivencia de la democracia de México; no sólo la estabilidad de un vecino, sino la capacidad de Estados Unidos de controlar la inmigración ilegal”.
Recordó que recientemente el Congreso aprobó 400 millones para asistir al Gobierno mexicano, “la mayoría de los cuales serán usados para mejor armar y equipar al Ejército”. Advierte que “el problema más grande del señor Calderón podría ser la ausencia de fuerzas confiables. La mayoría de la Policía de México es contratada y administrada localmente; sólo 20 mil agentes son federales. El Ejército es menos corrupto, pero aun la dedicación de 40 mil elementos ha fracasado en cambiar la marea contra las bandas.
“El nuevo financiamiento estadounidense debería ayudar, pero el próximo Gobierno en Washington haría bien en explorar si más asistencia podría ser ofrecida para capacitar a las fuerzas mexicanas, como los asesores estadounidenses han ayudado a profesionalizar al Ejército colombiano”.
Más claro ni el agua. Prepárense, incompetentes y/o corruptos militares mexicanos a que vengan a darles clases de cómo ser decentes, buenos y más abusados los verdugos de Irak y de Afganistán.
URGE LA DESTITUCIÓN
Después de esta lectura del editorial del Washington Post, si tienes dos centavos de seso entenderás que por fin están a punto de lograr su sueño dorado los que siempre han deseado que México sea descaradamente una colonia gringa-fascista. Y los que no hayan tenido tan dulce sueño estarán de acuerdo que es ahora o nunca cuando hay que pararle el alto al espurio, pero no con ese panista verbo “derrocar” que hace pensar en “reprimir”. Destituir, sí pero dentro de la Ley. La propuesta es de un grupo de juristas y de los que nos unamos: Hay que destituir a un presidente que ha llevado al país a ser peor productor que el mismo minúsculo Haití, que quiere entregar a extranjeros nuestro petróleo e instalar un Plan México. ¿Qué más esperan?
Jaime Cárdenas y Jesús González Schmall presentaron el once de septiembre pasado en la Procuraduría General de la República una denuncia contra Felipe Calderón por “traición a la patria”, ya que sus iniciativas de reforma energética violentan diversas disposiciones constitucionales. Lo malo es que la PGR es una dependencia del Ejecutivo en vez de ser una instancia ciudadana independiente. Y el jefe ahí es nada menos que Calderón y su subalterno es el procurador Eduardo Medina-Mora, también conocido por sus derechos de autor en el mundialmente repudiado caso “Atenco”, la venganza de Fox contra mexiquenses que no quisieron entregarle sus tierras para el nuevo aeropuerto del DF, que no llevara como el vigente el nombre de Benito Juárez del que retiró el retrato de su oficina en cuanto llegó. De la PGR ambos juristas Jesús González Schmal y Jaime Cárdenas fueron a presentar en el Senado, de acuerdo con el Artículo 11 de la Carta Magna, una denuncia “por ataques a las instituciones constitucionales y atentado al buen despacho de los asuntos públicos”.
En las denuncias contra Calderón participan también los juristas: Raúl Carrancá y Rivas, Juventino Castro y Castro, Virgilio Caballero (fundador del Canal del Congreso que pronto estará, como siempre debió estar, en la TV abierta), Raúl Jiménez Vázquez, Teresa Aguirre, Jaime López Vela y Alberto Montoya. Fueron también presentadas en el Partido del Trabajo.
Jaime Cárdenas especificó que la exigencia de juicio político (para Calderón) responde al “atentado” que el presidente “designado por voluntad de los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial, no por voluntad mayoritaria del pueblo de México”, hizo a la Constitución al presentar seis iniciativas en materia energética “que pretenden entregar los recursos del subsuelo, el petróleo, el gas y la petroquímica a intereses extranjeros.
“Y como también viola el Código Penal Federal, dijo, eso constituye o puede constituir un delito de traición a la Patria”. Jesús González Schmall, por su parte, precisó que el Artículo 123 de dicha legislación señala que incurre en delito de traición a la patria “el servidor público que atente o contravenga el principio de soberanía nacional y comprometa los recursos nacionales a potencias o intereses extranjeros”.
La destitución se puede dar en completa tranquilidad sin la participación de los diputados, ni de la PGR; bastaría con las dos terceras partes de los senadores presentes en la sesión del primero de diciembre, para cumplir la profecía de Porfirio Muñoz Ledo, que por cierto se concretó a decir que no cree que Calderón pueda terminar su periodo, dice el magistrado Raúl Domínguez al que consulté para saber las reales posibilidades de la denuncia de los juristas antes citados.
Me puso a soñar con un día maravilloso que podría ser para México después de 36 años de nefasto sometimiento, el de la verdadera “Independencia del Neoliberalismo”. La de España es ya obsoleta y además se está revirtiendo ¿o no, tesorito Mouriño? Los bancos españoles se llevan en un año más oro del que se llevaron en 300 años de colonia oficial. La del Neoliberalismo es la independencia que se aplica a este siglo y momento. Me imaginé con los datos que me dio Raúl, ese día…
Si de los 128 legisladores que integran el Senado, asistiera a sesionar la mitad más uno, la cual sería igual a 65; y de éstos, las dos terceras partes serían 44, entonces existirían suficientes senadores para decretar separado de la Presidencia a Felipe de Jesús Calderón e Hinojosa. ¡Uf!
Sin embargo, hay tres disposiciones, me dijo, en la Constitución (108 párrafo segundo, 110 párrafo penúltimo y 111 párrafos cuarto y séptimo), que son tan viejas que en aras de la Presidencia infalible ni siquiera previeron el juicio político contra el titular del Poder Ejecutivo, pero sí tienen prevista su separación con el voto de las dos terceras partes de los senadores presentes en la sesión en que sea acusado de delitos graves. Entonces procede, pregunté – Sí, procede.
PRESIDENTES NEOLIBERALES DESTITUIDOS
Que no estamos preparados para destituir a un presidente, dicen los cobardes. ¿Somos menos que otros?
En el Continente, de 1992 a 2005 cayeron ¡8! Ocho presidentes neoliberales: 1.- En Brasil el derechista Fernando Collor de Melo, obligado a dimitir el 29-12-1992, por una movilización que entró al Congreso y a la Corte Suprema al grito de “Fuera Collor”. 2.- En Venezuela, en mayo de 1993 el pueblo derrocó a Carlos Andrés Pérez. 3.- En Argentina, el 20-12- 2001, le tocó a Fernando de la Rúa. Su reemplazo Eduardo Duhalde, sólo duró 15 meses y tuvo que adelantar elecciones. 4.- Ecuador se quitó de encima en febrero de 1997 a Abdalá Bucaram; el 21-1-2000 a Jamil Mahuad y el 20-4-2005 por insurrección popular a Lucio Gutiérrez. En Bolivia Sánchez de Lozada, en 2003 cayó por genocida y en octubre de 2005 le tocó a Carlos Mesa, su reemplazo.
¿No que muy machos, mexicanos? No hay necesidad de esperar 30 años para una revolución en la que muera un millón de personas. Vayámonos por la vía legal y pacífica de la separación del puesto de ese peligro mortal para México que es Calderón.
satiricosas@mexico.org
SATIRICOSAS
Manú Dornbierer
La famosa frase goebbeliana del candidato Felipe Calderón: “López Obrador es un peligro para México”, se le puede hoy aplicar a él, pero con la diferencia de que el espurio ha demostrado durante dos años en hechos su alta incompetencia y peligrosidad, ya que el país va en picada en todos aspectos. ¡Por eso está pidiendo Lipe 1,723 millones de pesos al Congreso para su personal publicidad que hasta el PRI le reprocha!
Pero hoy mismo el peligro es mayor y México está al borde del precipicio: 1.- Por la inconstitucional lucha calderonista de entregar el petróleo a las compañías extranjeras. 2.- Por la inminente aplicación de un Plan México, disfrazado de Iniciativa Mérida, es decir la intervención de militares gringos en México, como en Colombia. ¡Y todavía recorta aquí los programas sociales para meter 40% más en su personal narcoguerra cuyo resultado son casi 6 mil ejecuciones y ningún beneficio para la sociedad mexicana!
Calderón logró su verdadero cometido al enfrentar, aun contra la opinión de la ONU, al Ejército Mexicano contra los narcos. Hoy el Washington Post asegura que la intervención es una necesidad para USA. Esta es la nota:
“El grado de violencia criminal en México, similar al de Afganistán: Washington Post”.
“La guerra en México (contra el narcotráfico) es, a su propia manera, tan crítica a los intereses de Estados Unidos como la de Afganistán; en ambos casos, un mayor compromiso estadounidense es requerido”, afirma The Washington Post en su editorial “La guerra de México”, publicado el diez de septiembre de 2008.
“Más soldados y oficiales policiacos mexicanos han muerto combatiendo las bandas de la droga en los últimos dos años que el número de tropas estadounidenses y de la OTAN abatidas combatiendo contra los talibanes. Las bajas civiles han sido igual de numerosas y de espeluznantes. Se han dado veintenas de decapitaciones, masacres de familias enteras y asesinatos de altos oficiales. Según la cuenta oficial, los secuestros en México ahora son de 65 al mes, en promedio, un rango mucho más elevado que en Afganistán e Irak”, señaló.
“Algunos funcionarios mexicanos argumentan que la escalada de la violencia es indicadora del éxito del Gobierno –al enfrentar y atacar a las bandas de la droga–, aunque han provocado un revire. La mayoría de los mexicanos parece creer que el Gobierno está perdiendo la guerra”, afirma el Post.
El editorial señala que el desafío que enfrenta el presidente Felipe Calderón, quien “valientemente declaró la guerra” a los cárteles del narco, recibe relativamente poca atención en Estados Unidos “porque los estadounidenses, en muy raras ocasiones, están entre las bajas”. Sin embargo, subraya que es el dinero de los consumidores de droga en Estados Unidos, y también el flujo de armas a México, lo que está “nutriendo esta guerra”.
Lo que está en juego, afirma, “no es sólo el éxito del Gobierno liberal y amistoso del señor Calderón, sino la sobrevivencia de la democracia de México; no sólo la estabilidad de un vecino, sino la capacidad de Estados Unidos de controlar la inmigración ilegal”.
Recordó que recientemente el Congreso aprobó 400 millones para asistir al Gobierno mexicano, “la mayoría de los cuales serán usados para mejor armar y equipar al Ejército”. Advierte que “el problema más grande del señor Calderón podría ser la ausencia de fuerzas confiables. La mayoría de la Policía de México es contratada y administrada localmente; sólo 20 mil agentes son federales. El Ejército es menos corrupto, pero aun la dedicación de 40 mil elementos ha fracasado en cambiar la marea contra las bandas.
“El nuevo financiamiento estadounidense debería ayudar, pero el próximo Gobierno en Washington haría bien en explorar si más asistencia podría ser ofrecida para capacitar a las fuerzas mexicanas, como los asesores estadounidenses han ayudado a profesionalizar al Ejército colombiano”.
Más claro ni el agua. Prepárense, incompetentes y/o corruptos militares mexicanos a que vengan a darles clases de cómo ser decentes, buenos y más abusados los verdugos de Irak y de Afganistán.
URGE LA DESTITUCIÓN
Después de esta lectura del editorial del Washington Post, si tienes dos centavos de seso entenderás que por fin están a punto de lograr su sueño dorado los que siempre han deseado que México sea descaradamente una colonia gringa-fascista. Y los que no hayan tenido tan dulce sueño estarán de acuerdo que es ahora o nunca cuando hay que pararle el alto al espurio, pero no con ese panista verbo “derrocar” que hace pensar en “reprimir”. Destituir, sí pero dentro de la Ley. La propuesta es de un grupo de juristas y de los que nos unamos: Hay que destituir a un presidente que ha llevado al país a ser peor productor que el mismo minúsculo Haití, que quiere entregar a extranjeros nuestro petróleo e instalar un Plan México. ¿Qué más esperan?
Jaime Cárdenas y Jesús González Schmall presentaron el once de septiembre pasado en la Procuraduría General de la República una denuncia contra Felipe Calderón por “traición a la patria”, ya que sus iniciativas de reforma energética violentan diversas disposiciones constitucionales. Lo malo es que la PGR es una dependencia del Ejecutivo en vez de ser una instancia ciudadana independiente. Y el jefe ahí es nada menos que Calderón y su subalterno es el procurador Eduardo Medina-Mora, también conocido por sus derechos de autor en el mundialmente repudiado caso “Atenco”, la venganza de Fox contra mexiquenses que no quisieron entregarle sus tierras para el nuevo aeropuerto del DF, que no llevara como el vigente el nombre de Benito Juárez del que retiró el retrato de su oficina en cuanto llegó. De la PGR ambos juristas Jesús González Schmal y Jaime Cárdenas fueron a presentar en el Senado, de acuerdo con el Artículo 11 de la Carta Magna, una denuncia “por ataques a las instituciones constitucionales y atentado al buen despacho de los asuntos públicos”.
En las denuncias contra Calderón participan también los juristas: Raúl Carrancá y Rivas, Juventino Castro y Castro, Virgilio Caballero (fundador del Canal del Congreso que pronto estará, como siempre debió estar, en la TV abierta), Raúl Jiménez Vázquez, Teresa Aguirre, Jaime López Vela y Alberto Montoya. Fueron también presentadas en el Partido del Trabajo.
Jaime Cárdenas especificó que la exigencia de juicio político (para Calderón) responde al “atentado” que el presidente “designado por voluntad de los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial, no por voluntad mayoritaria del pueblo de México”, hizo a la Constitución al presentar seis iniciativas en materia energética “que pretenden entregar los recursos del subsuelo, el petróleo, el gas y la petroquímica a intereses extranjeros.
“Y como también viola el Código Penal Federal, dijo, eso constituye o puede constituir un delito de traición a la Patria”. Jesús González Schmall, por su parte, precisó que el Artículo 123 de dicha legislación señala que incurre en delito de traición a la patria “el servidor público que atente o contravenga el principio de soberanía nacional y comprometa los recursos nacionales a potencias o intereses extranjeros”.
La destitución se puede dar en completa tranquilidad sin la participación de los diputados, ni de la PGR; bastaría con las dos terceras partes de los senadores presentes en la sesión del primero de diciembre, para cumplir la profecía de Porfirio Muñoz Ledo, que por cierto se concretó a decir que no cree que Calderón pueda terminar su periodo, dice el magistrado Raúl Domínguez al que consulté para saber las reales posibilidades de la denuncia de los juristas antes citados.
Me puso a soñar con un día maravilloso que podría ser para México después de 36 años de nefasto sometimiento, el de la verdadera “Independencia del Neoliberalismo”. La de España es ya obsoleta y además se está revirtiendo ¿o no, tesorito Mouriño? Los bancos españoles se llevan en un año más oro del que se llevaron en 300 años de colonia oficial. La del Neoliberalismo es la independencia que se aplica a este siglo y momento. Me imaginé con los datos que me dio Raúl, ese día…
Si de los 128 legisladores que integran el Senado, asistiera a sesionar la mitad más uno, la cual sería igual a 65; y de éstos, las dos terceras partes serían 44, entonces existirían suficientes senadores para decretar separado de la Presidencia a Felipe de Jesús Calderón e Hinojosa. ¡Uf!
Sin embargo, hay tres disposiciones, me dijo, en la Constitución (108 párrafo segundo, 110 párrafo penúltimo y 111 párrafos cuarto y séptimo), que son tan viejas que en aras de la Presidencia infalible ni siquiera previeron el juicio político contra el titular del Poder Ejecutivo, pero sí tienen prevista su separación con el voto de las dos terceras partes de los senadores presentes en la sesión en que sea acusado de delitos graves. Entonces procede, pregunté – Sí, procede.
PRESIDENTES NEOLIBERALES DESTITUIDOS
Que no estamos preparados para destituir a un presidente, dicen los cobardes. ¿Somos menos que otros?
En el Continente, de 1992 a 2005 cayeron ¡8! Ocho presidentes neoliberales: 1.- En Brasil el derechista Fernando Collor de Melo, obligado a dimitir el 29-12-1992, por una movilización que entró al Congreso y a la Corte Suprema al grito de “Fuera Collor”. 2.- En Venezuela, en mayo de 1993 el pueblo derrocó a Carlos Andrés Pérez. 3.- En Argentina, el 20-12- 2001, le tocó a Fernando de la Rúa. Su reemplazo Eduardo Duhalde, sólo duró 15 meses y tuvo que adelantar elecciones. 4.- Ecuador se quitó de encima en febrero de 1997 a Abdalá Bucaram; el 21-1-2000 a Jamil Mahuad y el 20-4-2005 por insurrección popular a Lucio Gutiérrez. En Bolivia Sánchez de Lozada, en 2003 cayó por genocida y en octubre de 2005 le tocó a Carlos Mesa, su reemplazo.
¿No que muy machos, mexicanos? No hay necesidad de esperar 30 años para una revolución en la que muera un millón de personas. Vayámonos por la vía legal y pacífica de la separación del puesto de ese peligro mortal para México que es Calderón.
satiricosas@mexico.org
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