martes, 30 de septiembre de 2008

Perdón, pero estúpidos son los ciudadanos QUE LE CREEN TODO AL ENANO (como en cierto blog espurio que yo conozco)...

Marco Rascón
marcorascon@alcubo.com

Estúpidos ciudadanos

¿Que los Zetas querían provocar al gobierno? ¿Qué no lo habían provocado todos los días, desde hace años? ¿Qué los muertos y heridos fueron un “accidente”? pues, según “entendieron” los sicarios, la idea era “no dañar a nadie” y sólo querían asustar al gobierno tirando un cuete septembrino? ¿Qué la coordinación perfecta de las dos granadas fue casual porque ambos las tiraron por una suerte de nerviosismo que resultó cronológicamente perfecto? ¿Qué el sicario, parecido al retrato hablado, no fue el que la tiró en la plaza donde los testigos lo vieron, sino en la calle cercana adonde nadie lo vio? ¿Qué no se pagó porque los denunciantes lo hicieron de manera anónima y no fue en una conferencia de prensa para denunciar a los autores de las granadas? ¿Qué ya tenemos nuestro Osama Bin Laden para vivir tranquilos?

Tal pareciera que la madriza que pusieron a los sicarios no fue para que hablaran, sino para que se callaran, como le hicieron a Mario Aburto, quien dio el mismo tipo de respuestas en sus declaraciones ministeriales: su dicho de asesino solitario fue que acudió al mitin de Lomas Taurinas por accidente y que de pronto ya estaba abajo del templete, oyendo a Luis Donaldo Colosio, y luego el tumulto lo llevó a estar a un costado de él y luego tenía una pistola en la bolsa que le molestaba y cuando se la quiso acomodar, ¡pum! y ¡pum!... Por accidente se le fueron dos balazos: uno le dio a Colosio en la cabeza y, al girar 180 grados, le dio otro en el vientre, pero todo de manera accidental.

Por eso al final la versión oficial fue que un asesino solitario, sin intención política alguna, sólo por locura cometió el magnicido. Igual que hoy, la versión de Aburto fue la que necesitaba la razón de Estado.

Gracias a este modus operandi de dar versiones, vimos en permanente espot al asesino de Fernando Martí, pero, ¡lástima!, no sabremos nunca nada: tiene dos balazos, uno en la garganta, y jamás podrá hablar ni decir nada porque está en estado vegetal y la prueba pública más contundente es que iba a Las Vegas y rentaba una limousina de 40 dólares, como las que rentan en la Zona Rosa. Contra ése, la opinión pública ya puede estar tranquila porque le aplicaron la ley fuga por adelantado, para que no se hable más del asunto.

En esta misma semana que pasó el gobierno federal informa de sus avances contra el crimen organizado y nos dice que de diciembre de 2007 a agosto de 2008 se aplicaron 172 sentencias relevantes contra jefes de los cárteles; todo en perfecto equilibrio y justicia contra todos, pero ¿cuándo se informará sobre los más de 3 mil 500 ejecutados en el año? ¿Eran de los buenos o de los malos? ¿A qué grupos pertenecían?

La violencia también es diálogo y mediante sus formas se expresan intenciones, objetivos, alianzas y acuerdos. ¿Cuál fue el objetivo de las granadas del 15 de septiembre? ¿Qué le están exigiendo al Estado mexicano y quiénes?

Tal parece que los servicios de inteligencia del Estado tienen como principal objetivo demostrar que la sociedad mexicana es estúpida. Ya son largos años de hacer de los grandes crímenes, tramas de telenovelas para entretener. Hoy, la descomposición del presente y el futuro del país es responsabilidad de la clase política en su conjunto, que cierra filas y se mantiene en profunda complicidad, considerando verdadero enemigo a la sociedad que exige veracidad y fin a la impunidad. Tanto los gobiernos como la clase política en el fondo consideran que el verdadero peligro a su estabilidad es la sociedad exigiendo información clara, que ocultan, por ser parte del problema y no de la solución.

Cuando no se es capaz de resolver crímenes como los de 68, los de 1971, los de la guerra sucia y de los desaparecidos, así como los de los perredistas asesinados, los de Colosio y Ruiz Massieu, la desaparición de Muñoz Rocha, y ahora los de miles de ejecutados, el país avanza a ciegas en medio de la recesión económica, las presiones externas y acuerdos como el Plan Mérida, que es parte del diálogo de la violencia actual, como sucedió en Colombia.

El Estado mexicano hace mucho tiempo que tomó el camino de la manipulación informativa y de la opinión pública, y el resultado es la caída casi absoluta de la credibilidad de sus versiones y en torno a la presentación de asesinos como los de los secuestrados y hasta de los autores materiales de las granadas de Morelia; todo esto se le revierte y muchos piensan que se está frente a chivos expiatorios, porque la intención del gobierno no parece ser querer aclarar situaciones y el fondo de las cosas, sino salir al paso apresuradamente para detener los juicios que hablan sobre desorden interno (pleito entre policías) e incapacidad.

Frente a la verdad y los libretos oficiales y mediáticos en esta llamada “guerra”, la sociedad no sólo es víctima del terror presente o futuro, sino también de las manipulaciones, de la falta de información y la verdad que ha llevado a los gobiernos a considerar que los ciudadanos son estúpidos.

(http://www.jornada.unam.mx/2008/09/30/index.php?section=opinion&article=022a2pol)

sábado, 27 de septiembre de 2008

A ver si el breve cerebrito de los panistas entiende por qué la "mano dura" sola desata una mayor violencia (es una esperanza retórica, obvio...)

Carmen Aristegui

¿Quo vadis, Felipe?
(http://www.elmanana.com.mx/notas.asp?id=58705)

Si no se desarticula integralmente al monstruo, su capacidad de respuesta puede ser inaudita.

La ola de violencia y ejecuciones en México ha alcanzado ya niveles inimaginables en la historia de este país. Si no se revisa la estrategia y, aun, si se revisa -dicen los expertos- lo peor está por venir. La espiral desatada arroja, según información presentada esta semana en la sesión ordinaria de la Comisión Permanente , cifras que alcanzan ya las 4 mil ejecuciones en lo que va del actual gobierno. Registro superior o equiparable al de cualquier conflicto bélico. 7.6 personas en promedio murieron diariamente. Según esta información en la última semana hubo cada 24 horas, 15 asesinatos. Muertes, desapariciones y enfrentamientos crecientes seguirán siendo parte del paisaje nacional por un tiempo indeterminado. No todo se reduce a los muertos.

Esto es lo visible y lo medianamente contabilizable. El insumo mayor, si se quiere, para el miedo, el temor y la psicosis. Pero, ¿de qué tamaño es la infiltración del crimen en las estructuras políticas y policiacas del país?, ¿en qué dimensión se encuentra el narco en las estructuras institucionales y de representación política en México?, ¿cuántos legisladores, presidentes municipales, gobernadores y altos mandos en el país están cooptados por el narcotráfico?, ¿se tiene una idea clara sobre los circuitos empresariales y financieros en los que se desenvuelve el narcotráfico?, ¿en qué medida el Estado mexicano está actuando en contra de ellos?

Explicaciones de especialistas internacionales como los doctores Samuel González y Edgardo Buscaglia remiten sus análisis sobre la corrupción, la violencia y el crimen organizado al estudio comparado de la experiencia internacional. Los patrones de conducta de la delincuencia organizada se repiten universalmente. El doctor Buscaglia (director del International Law and Economic Development Center y asesor de Naciones Unidas) explica sobre los factores que causan una defectuosa aplicación de políticas públicas para combatir la corrupción y la delincuencia organizada. Parte de una premisa básica, a partir de la cual se formularon las preguntas anteriores:

“La delincuencia organizada, a gran escala, sólo puede ser factible y sostenerse cuando el Estado no goza de niveles de gobernabilidad, y en donde existen alianzas tácitas y/o explícitas de apoyo entre actores políticos, empresas privadas y empresas criminales”.

Por lo tanto, dice el experto: “Es necesario implementar una Reforma integral del Estado, a través de un pacto político que rompa con la impunidad con la cual la delincuencia organizada infiltra al Estado”. Es a partir de la premisa, que lanza una aguda crítica a la estrategia que ha sostenido el gobierno federal en contra del narcotráfico. Buscaglia afirma que los países que alcanzaron el éxito contra el narcotráfico basaron su estrategia en cuatro vías: 1) ataque a las cúpulas del narcotráfico; 2) ataque a sus brazos armados; 3) ataque a sus redes financieras y 4) combate a la protección política y la corrupción. Cuatro líneas de acción que se aplicaron de manera simultánea. Necesariamente simultánea. Los gobiernos que las impulsaron contaban con amplios márgenes de legitimidad y aceptación social que les permitieron involucrar a poderes y sociedad en la cruzada.

El gobierno mexicano, que no cumple cabalmente con esta última condición, ha sostenido una estrategia que transita básicamente por las dos primeras vías, sin tomar como prioritario el combate dentro de las redes financieras y sin desmontar la protección política que hace posible que el narcotráfico domine zonas enteras del país. El problema mayor radica en que -siguiendo este estudio comparativo internacional- en los países en que sólo se instrumentó el combate a las cúpulas y a los brazos armados del narcotráfico sin incluir los frentes empresariales, financieros y políticos en donde se desenvuelve el narcotráfico, no sólo se desató una carnicería, como la que estamos viendo aquí, sino que se pasó de la infiltración y captura de autoridades a un control pleno del poder político conformándose lo que se dio en llamar narcodemocracias. No es muy difícil entenderlo. Si no se desarticula integralmente al monstruo, su capacidad de respuesta puede ser inaudita. Esta tesis sostiene que entre más recursos, soldados, policías y operativos destine el gobierno para combatirlos en el campo de la violencia y el descabezamiento -sin desarticularlos en lo político y financiero- trae como consecuencia más violencia, más corrupción, más infiltración y en algún momento, a la toma del poder político. Los casos analizados muestran no sólo el incremento de la violencia y las ejecuciones sino ataques tierra-aire y atentados.

En este momento todo indica que estamos ante una estrategia incompleta, por lo tanto ineficaz y, peor aún, contraproducente. Que quede constancia: nadie está diciendo aquí que el Estado claudique de sus obligaciones para dejar a “ciudadanos y periodistas en garras del narcotráfico”. Yo, como millones, deseo que el Estado se imponga al narcotráfico. Que los criminales sean vencidos y que se recupere la tranquilidad y el Estado de Derecho. Precisamente por eso destaco el valor de la crítica. Para revisar el camino. Para no equivocarnos. Para preguntarle al Presidente si realmente sabe ¿hacia dónde lleva al país?

Atendiendo el llamado a la unidad (Helguera... maestrazo!!!!)

No siempre escribe Calderón Alzati cosas que puedan publicar en el Sendero Espurio... =P

Enrique Calderón Alzati

Conformidad y desconfianza
(http://www.jornada.unam.mx/2008/09/27/index.php?section=opinion&article=023a2pol)

Luego de una corta ausencia fuera del país, regreso para encontrarme con el incremento brutal de la violencia en diversos estados y la retórica del Presidente sobre la importancia de estar unidos (en torno a él) y de apoyar sus medidas, a reserva de ser tachado como antipatriota en caso contrario.

Un par de días después me entero por las noticias que el señor está en Nueva York, dando discursos y entrevistas para promocionar sus planes de enajenación del patrimonio nacional, sin el menor pudor ante las protestas crecientes de amplios sectores de la sociedad que muestran así su inconformidad con esos posibles actos, sabiendo que se trata, como en todas las privatizaciones anteriores, de nuevos engaños perpetrados para el beneficio de intereses extranjeros y de algunos cuantos privilegiados locales, cercanos siempre al círculo del poder.

Los reportes de analistas políticos bien informados indican que el Presidente parece estar molesto ante la falta de apoyo y de comprensión por parte de los grupos políticos y de la sociedad en general. La carta de Denise Dresser al Presidente, publicada en la revista Proceso, le da una respuesta contundente, indicando las razones por las que no recibirá esos apoyos. A esas razones yo quiero agregar una que ella omitió: el encubrimiento, que es complicidad, con el ex presidente y su familia para dejar impunes los delitos que cometieron. No se puede pedir apoyo para luchar en contra de la delincuencia cuando se es parte consciente de la delincuencia misma.

La pregunta es ahora cómo se va a resolver todo esto, dado que además de la corrupción que impera en los círculos del poder, se agrega la incompetencia del equipo de gobierno. ¿Se trata de una incompetencia real, o es sólo una coartada para terminar imponiendo un régimen autoritario como única solución posible a la escalada delictiva? Varias parecen ser ya las señales que indican un proceso orientado en tal dirección, además del hecho, ya mencionado por varios articulistas, de que el único beneficiario de la actual ola de violencia es el mismo grupo que gobierna, que de otra manera se deteriora políticamente día a día.

Uno de los aspectos que más me impactaron a mi regreso al país es el ambiente de miedo y de inseguridad que de manera consciente o inconsciente han logrado imponer los medios de comunicación entre amplios sectores de la población, no sólo en la ciudad de México sino en otras regiones del país.

El lunes mismo, mientras circulaba en mi auto por la ciudad de México, escuché en alguna de las radiodifusoras comerciales un mensaje en el que se daban algunos consejos a los automovilistas para evitar ser secuestrados, recomendando circular por la parte central del arroyo, sin acercarse a las banquetas, para evitar un asalto. Otra recomendación más era detener el auto en los altos, separado unos 20 metros del que le precede, para poder maniobrar en caso de ser necesario. Después de dos minutos de aquello, era fácil reconocer la factibilidad plena de ser secuestrado en las dos cuadras siguientes.

¿Cuál es el propósito de todo esto? ¿Tendrá algo que ver con el simple desvío de la atención pública centrada en el proceso de privatización de la producción de energéticos y derivados del petróleo, o se trata de algo aún más siniestro? Quizás lo estemos viendo en unos días o semanas más. Resulta de veras lamentable no tener confianza alguna en el gobierno ni en el Presidente, pero ellos se lo han ganado.

Existen, sin embargo, otras posibilidades, como por ejemplo que los grupos del poder real, constituido por los grandes empresarios y los intereses de las corporaciones internacionales, decidan retirar del poder al Presidente, ante su visible incapacidad para enfrentar el problema, impulsando a los militares a imponer el orden. El resultado no sería muy diferente al señalado anteriormente.

En las condiciones actuales la sociedad mexicana en su conjunto, por más desilusionada y harta de la situación en la que nos encontramos, no está en condiciones de exigir ni de restablecer el orden por ella misma, está desorganizada y dividida para hacer algo más que manifestaciones. En los estados modernos son los partidos políticos los actores que pueden convocar y resolver los problemas.

En nuestro caso, esto es también incierto. Descartar al PAN es inmediato: ellos son los que han llevado al poder a los últimos dos gobiernos, y en ambos casos han parecido satisfechos de sus logros sin reparar en los desastres causados. El PRD tampoco tiene mucho que ofrecer, ante sus permanentes pleitos y rivalidades internas y la escasa visión y voluntad política de sus líderes actuales.

El caso del PRI es más complejo, pues en él se conjugan los intereses más turbios con algunas de las posiciones más avanzadas y comprometidas con el país. Su dirigente actual es una mujer valiosa e inteligente y las estructuras del partido parecen estar recuperándose en algunas regiones; sin embargo, la participación en algunas de sus posiciones clave de individuos tan delincuentes como los que más y el gran lastre histórico que llevan a cuestas y que incluye los orígenes de la debacle en que vivimos, hacen difícil pensar por ahora que ese partido pudiese liderar el cambio que necesitamos.

Todo ello nos lleva a pensar en que lo mejor que nos puede pasar es seguir como vamos, sin mayores expectativas de mejorar, y esperar que los niveles de descomposición no crezcan mucho, aunque es necesario admitir que esto es muy triste.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Panistas: favor de responder a los subrayados

La crisis del Estado

Rafael Segovia
26 Sep. 08
(http://www.reforma.com/editoriales/nacional/463/925547/default.shtm)


Se había oído, en más de una ocasión, que tal o cual unidad tenía miedo. Rara vez o nunca se decía que un país tenía miedo. Era una dimensión desconocida. Ya no lo es: México tiene miedo. Por más que se nos trate de explicar las razones o causas de ese malestar permanente, angustioso y generalizado, no nos queremos rendir a algo que complica nuestras vidas hasta el cansancio. No se puede responder con una aceptación que desde el vocabulario es inaceptable porque no nos dice nada: los traidores de México. ¿Quiénes son? ¿Los narcos, los comerciantes de drogas que pululan por todo el mundo? Los encontramos por todo el mundo pero en México campean por sus respetos, ante una población tan cansada como estupefacta ante la INCOMPETENCIA E INCAPACIDAD DEL GOBIERNO. Cada asesinato masivo, el señor Calderón Hinojosa convoca a una reunión del consejo de seguridad. Seguramente para tratar de entender el porqué de esa monstruosidad.


Si como Calderón dijo en un principio los asesinatos se daban entre los narcos, la tan traída y llevada sociedad civil quedaba libre de esa lucha feroz. Ya no hay quien comulgue con esa explicación. LOS ASESINATOS HAN SUBIDO EN NÚMERO Y EN SAÑA. Se decapita, se tortura, se ataca a ciegas -se tiran bombas de mano a la multitud-, se rapta y se mata a jóvenes, sin que nadie asuma la responsabilidad: son traidores que no obtienen beneficio alguno de su traición. Sí, debilitan al ESTADO QUE NO SABE CÓMO DEFENDERSE Y CUMPLIR CON SU PAPEL, que es defender y proteger a una sociedad gracias a la cual, en principio, gobierna.

Creemos todavía en el paradigma de Max Weber según el cual el Estado es el monopolio de la violencia legítima sobre un territorio determinado. Podemos asegurar que dadas las circunstancias actuales el Estado, aquí, no tiene el monopolio de la violencia, cuando la tiene, si la que tiene, es legítima, y en lo referente al territorio, se puede preguntar sobre cuál. Sobre Sinaloa no.

El gobierno pide el apoyo de la sociedad, casi nos llama cobardes por no denunciar al narco. Podemos decir que actuaremos con un valor cívico sin tacha cuando el Estado actúe de la misma manera, y NO TERGIVERSE SOBRE QUÉ ESTÁ HACIENDO Y SÓLO NOS ENTEREMOS DE SU ACCIÓN POR LA PRENSA EXTRANJERA. Hay un evidente temor de informar, de decir cuáles son sus compromisos, que actuó en una acción concertada con Estados Unidos e Italia, QUE ESTADOS UNIDOS por el acuerdo de Mérida está ocupando una posición preponderante en México y YA TIENE EL PODER DE DECIRNOS QUÉ SE DEBE HACER Y QUÉ NO, CUÁNDO SE DEBE OBEDECER Y CUÁNDO SE PUEDE DISENTIR. Más de la mitad de las informaciones que nos alcanzan son filtraciones de alguna institución gubernamental.

Cuando se pide la unidad del país, no se puede pedir que éste la haga, porque si por ahora el señor Calderón solicita que se haga en torno al PAN después de advertir la división de México por culpa de los partidos. Ésta puede ser una fuerza divisiva, de ahí viene su nombre: agrupan a una parte de la población. Sólo los dictadores se atreven a hablar en nombre de toda la nación. CUANDO EL SEÑOR CALDERÓN SE PRONUNCIA EN NOMBRE DE MÉXICO DEBERÍA ACLARAR QUE NUNCA HA ESTADO TODO MÉXICO TRAS ÉL, por más que unas encuestas de encargo den unas cifras de fantasía, sólo superadas por las de su colega colombiano.

El temor es que las aguas vuelvan a su cauce normal para que el río siga corriendo como hace ya años lo viene haciendo con su cauda de asesinatos, robos, raptos y drogas, con un temor creciente del porvenir. No se sabe si los tiempos futuros serán peores.

El elemento esencial en este caos es el Ejército. Tener que ocupar una ciudad como ahora ocupa Morelia no es su papel, al militar no le cuadra el papel de policía, el servicio de orden. Ya le bastó el tener que ocuparse en el 68 de cumplir con una misión para la que no había sido creado y, como todo lo que se sale de su cauce natural, le lleva a la impopularidad. Se sabe la impopularidad irremediable de la policía y de su necesidad, del abuso de la autoridad para manejar ese cuerpo. Tan pronto como una sociedad lo necesita, se encuentra inmediatamente al culpable y éste resulta ser la policía. Es, casi siempre la víctima propiciatoria del orden público: en ella se refleja, quiérase que no, la sociedad. Si hay corrupción entre los miembros de este cuerpo es porque la hay en la sociedad, la inmoralidad pública no nace en la policía, nace en la sociedad y los grupos que la componen: los sindicatos son los primeros acusados. COPARMEX ES UN SINDICATO, QUE SEAN LOS PRINCIPALES BENEFICIARIOS DE LA DISTRIBUCIÓN DE LA RIQUEZA NO LE QUITA SU CARÁCTER SINDICAL, como las otras cámaras industriales, comerciales y empresariales en general. Mientras estos hombres tuvieron una relación no democrática, corrupta y autoritaria con unos líderes venales, aquello era una relación idílica, modélica, inmejorable. Puede ser que Napoleón Gómez Urrutia no sea lo más deseable como líder, como tampoco lo son los señores del Grupo México. La contestación dada por las autoridades canadienses a la solicitud de extradición de Napoleón Gómez Urrutia bastó para que el Secretario del Trabajo se callara. No sabemos por desgracia si de una vez por todas. El señor Calderón se fue a Nueva York a hablar de la pobreza y sus calamidades. No se puede negar que este hombre tiene sentido del humor.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Monosapiens: México08


Un nuevo Monosapiens de Monero Hernández... ¿Por qué será que casi TODOS los maestros de la caricatura, excepcionales artistas gráficos, dibujan siempre sin el menor atisbo de crítica al maravilloso gobierno de la derecha, y al contrario, criminalizan y satanizan la protesta social justa y las causas populares, en pro del "estado de derecho" neoliberal?

Mmm... ¡Oh!, es cierto: ES AL REVÉS. La derecha sólo tiene a un dibujantillo sin una pizca de talento, sin creatividad (su capacidad de abstracción es nula), y... a veces a Magú... Me pregunto: ¿por qué será que la gente MÁS INTELIGENTE de este país tiene una ideología que tiende a ser de izquierda (y no sólo de este país, sino de todo el mundo)?

Ya sé, ya sé... Busquen la raíz latina de la palabra "inteligencia", y verán por qué los panistas nomás hacen como que entienden, pero no entienden nada. El que tenga cerebro para buscar, que busque.

Una razón más para apoyar a la izquierda libre en el 2008.

sábado, 20 de septiembre de 2008

La inteligencia de las "burlas" panistas ejemplificada

(Capítulo en el que Homero regresa a la universidad y a su profesor se le caen sus notas por accidente)



¡Sonrían, que ganamos desde hace mucho!

Los humanos del granjero...

Entre más pasa el tiempo, más me sorprende la capacidad que tienen algunas personas para el masoquismo. Hay cierta escena en la obra "El juego que todos jugamos", de Alejandro Jodorowski, donde una persona está encerrada en una jaula, pidiendo a gritos poder salir. De repente llega alguien más, se da cuenta de que la puerta de la jaula está abierta y se lo hace notar a quien está encerrado. El que está dentro de la jaula responde afirmativamente pero no sale, y el que está fuera le reitera que nada le impide salir. Este quasi-monólogo se repite hasta que la persona que está afuera se harta y se va, mientras que el encerrado comienza a gritar nuevamente pidiendo su libertad. La puerta, desde luego, sigue abierta.

No tengo idea de por qué (jajaja), pero la escena anterior me recuerda a los panistas, gobiernistas, derechistas y demás fauna calderoniana en la actualidad. Se quejan porque EVIDENTEMENTE el estado de cosas en el país está del nabo, pero la solución para sus problemas y para los problemas de todos les da tanto pavor que fingen demencia (¿fingen?) y se escudan en tres máscaras que intercambian constantemente: la de "soy un señor muy rudo que apoya el ojo por ojo y quiere convertirse en asesino de asesinos"; la de "me va bien porque gano más dinero que muchos (eso creo), y lo demás me vale"; y la de "soy un cursi que cree en el manual del empresario feliz, y no sean malos, muchachos, respeten al señor presidente y a las honorables instituciones de nuestro México lindo y querido" (¡¡no se rían, es en serio!!).

La verdad es que, como cualquier ente animado, lo único que piden a gritos es LIBERTAD. Peeeeero... cuando la observan a un paso de ellos, se aterrorizan, hacen como que no han visto nada y siguen clamando, vociferando, gimoteando, hasta que terminan por convencerse de que así están bien y repudian lo que hay afuera de la jaula. Desde luego, siempre gritando.

Frecuentemente veo cómo gente cercana a mí de ideología derechista piensa que me voy a molestar porque me digan que Marcelo Ebrard se buscó un chivo expiatorio en Guillermo Zayas, que el Peje "habla ají", que muevan la cabeza ante el anuncio de una nueva marcha de la Resistencia Civil Pacífica. Podrían decirme (como hacen constantemente los elegantes y distinguidos miembros del Sendero Espurio) que Marcelo es una mierda, y no molestarme EN LO ABSOLUTO. ¿Cómo explicarles que cuando alguien habla despectivamente de mí me tiene muy sin cuidado, y todavía menos si se refieren a alguien más que no sea yo? Es curioso porque en mi caso, abierta y constantemente critico, frente a quien sea, la estupidez del sistema tributario mexicano y de quienes lo auspician (gobierno federal); los infinitos, inútiles y costosos (para nosotros) comerciales del enano espurio, cuyos recursos pudieran ser utilizados en algo más benéfico que torturarme cuando decido prender la tele (siempre digo "¿pues qué el dinero se da en los árboles o qué?"); lo totalitario, banal e hipócrita de los noticiarios televisivos; lo desdeñados que son "intelectuales" como Enrique Krauze por los verdaderos estudiosos de la ciencia histórica en México; lo evidentes y patéticas que son las mini-venganzas de las televisoras con gente como Santiago Creel, mostrándolas como lo que son: viles chicharras dedicadas a la guerra sucia contra quien amenace sus intereses... y un larguísimo etcétera. Jamás me he reprimido al expresarme ante quienes sé que piensan distinto de mí; no tendría por qué, dado que no estoy ofendiendo a mis interlocutores en ningún sentido con ese tipo de críticas.

Vivir con miedo es terrible, y vivir con miedo a la libertad, MUCHO PEOR.

Para ser franca, siento una terrible lástima por toda esa gente que defiende a capa y espada el sistema neoliberal, el capitalismo, el gobierno de la derecha, las instituciones... Entiendo que los dueños de todas esas franquicias las defiendan (Slim, Zambrano, Servitje, etc.), ¿pero sus esclavos? ¿Aquellos empleadillos que por más que trabajen y lleguen a gerentes regionales, nunca serán los dueños de la empresa y están condenados a conformarse con ello, a aceptar esa clase de límites externos estúpidamente arbitrarios e injustos? ¿A aceptar que firmaron un contrato de por vida con esa jerarquización idiota y anti-natural, y a negarse a ver que no se trata más que de un papel al que ellos mismos le otorgaron una validez simbólica que han asimilado como real, a la cual pueden renunciar en cualquier momento?

Pero les da miedo, y no salen de la jaula aunque esté abierta. ¿Qué hace a Slim, Zambrano, etc., mejores que el empleado que hace los cortes de caja todas las noches y les da a ganar montones de dinero? ¿No es cierto que probablemente él sea cien veces más inteligente y capaz que ellos, y que si el sistema se rigiera por la habilidad y el esfuerzo, él podría llegar esas cien veces más lejos que sus patrones? Pero no, hasta eso, la jaula está bien, incluso a veces es de plata. Seguramente este empleadillo que tomamos como ejemplo pensará: "Puedo pudrirme aquí cómodamente y ser feliz". Sí, claro, ya vemos lo felices que son quienes piensan así. Por eso piden a gritos "¡¡¡déjenme salir!!!" aunque no profieran palabra; por eso aceptan y se alinean con cualquier estupidez que les permita escapar del hecho de que SON RESPONSABLES DE SU PROPIA ESCLAVITUD, hundiéndose todavía más en ella. Por eso tragan sin cuestionar todo lo que les entregan sus amos, ya digerido.

Lo bueno que los que protestamos somos los perezosos... Para mí, no hay mayor güevón que el que acepta su esclavitud sin chistar, porque eso denuncia un pavor a la conciencia crítica (a pensar, pues), a la libertad, al cambio (movimiento) y, por consiguiente, a la vida.

¿No es esta misma gentuza la que hace esos cursis llamados "a la unidad" (lo cual quiere decir "no impugnen la esclavitud en la que está sumido el país, acepten todo pasivamente como nosotros"), imitando como aves descerebradas a su amo? ¿No es eso un insulto más a la inteligencia, como si un burro parlanchín nos pidiera que nos volviéramos de su especie? Desde luego, nadie con un par de neuronas funcionando se unirá con quien pretenda compartirle su condición de esclavo o de alienado. Por desgracia, debo admitir que escasea la gente con ese par de neuronas funcionales.

Cuando hablo de que aceptan cualquier estupidez que les ayude a huir de la responsabilidad que tienen en ser esclavos, es cuando veo expresiones que cargan esa responsabilidad en alguien completamente ajeno y les impiden admitir su tontería al realizar únicamente las decisiones que les son impuestas (a veces es un tanto subconsciente: su mente les oculta que han sido manipulados).

Es en esas ocasiones cuando les dicen: "si López Obrador llega a la presidencia, podrías perder tu casa y lo que con tanto trabajo has obtenido", y los estúpidos ven desaparecer de la casa de un esclavo parecido a ellos una tele, un refrigerador, etc. Como resultado, los estúpidos terminan aterrorizados por una bobería así, por algo que propablemente ni siquiera creerían algunos niños.

Y dicen: "¡Sí amo, que todo siga como está!". Su amo es la jaula. Les da un suelo donde recostarse, los protege de posibles ataques externos (algunos)... Son como el perro de esta fábula:

Fábulas

El lobo y el perro del granjero

La campiña relucía en el nevado crepúsculo, mientras el flaco lobo se arrastraba por la silenciosa alfombra que cubría el patio de la granja. Cómodamente acurrucado en su tibia covacha, el perro del granjero observaba con interés su merodeo en busca de la cena.

-¡Hola! -dijo, finalmente, cuando el lobo se acercó a husmear demasiado cerca del gallinero.

-¿Por qué tienes ese aspecto tan gordo y próspero? -preguntó el lobo, acercándose despaciosamente a la covacha- ¿De qué vives?

-¡Oh! Ahuyento a los ladrones -respondió el perro, dándose importancia-. Y, también, voy de caza con mi amo y cuido de sus hijos.

-Pero yo podría hacer todas esas cosas -replicó el hambriento lobo. -¡Seguro! Apuesto a que podrías -replicó el perro, con aire negligente.

Entonces, el lobo notó una marca que existía alrededor del cuello del can, en un lugar donde se veía pelado, casi hasta la piel.

-¿Qué demonios es eso? -preguntó, frunciendo el ceño.

-¡Oh! ¿Eso? -dijo el perro, con despreocupación- Es el sitio donde me roza el collar cuando me encadenan.

-Entonces -dijo el lobo, categóricamente-, puedes guardarte tu sustancioso empleo y tu cama caliente. Prefiero tener hambre y ser libre todos los días, a ser un esclavo bien alimentado.


Es entonces que los perros del granjero deciden defender a su amo-jaula y responsabilizar de su propia idiotez a quien cuestione su modo de "vida". El enemigo perfecto, el más fácil de culpar. A quien represente (aunque sea en mínimo grado) lo que temen: el movimiento, lo opuesto a su cómoda alienación.

¿No están ellos encerrados voluntariamente? ¿No es el masoquismo al que me referí al principio? ¿Por qué gritan tanto y reclaman tanto atención, entonces? Y lo hacen -hasta parece que se esfuerzan- con la cosa más estúpida posible (como los han convencido a ellos, desde luego):

"Lopez Obrador y su movimiento, detrás de los atentados de Morelia.

Cuando leí las columnas que a continuación les presento, pude entender por fin, que los objetivos principales del "gobierno legítimo" no son renovar las instituciones, ni defender el petróleo ni al pueblo, ni mucho menos lograr un mejor país en general. NO, nada de eso. Lopez Obrador y sus allegados le han apostado a la desestabilización social del país, como venganza ante su conocida derrota presidencial (ni siquiera hay una mínima prueba que vincule a López con los atentados de Morelia, y este humano "del granjero" incluso lo atribuye a una venganza electoral... Ya veo qué tanto "entendió por fin" este individuo...). Lo hemos leído todos, a Muñoz Ledo, y al mismo asesino de Lopez Obrador, cuyas prioridades son el derrocamiento del presidente Felipe Calderón así como el caos y la ingobernabilidad, no importando si tengan que parar al país, secuestrar zonas estratégicas así como obstruir las vías de comunicación (me pregunto si dejaría de haber decapitados, ejecutados, narcotráfico, secuestros, alza de precios, pobreza extrema, crisis económica, desempleo y un larguísimo etcétera... si López Obrador abandonara las acciones de resistencia civil pacífica).
Y ahora con los atentados en Morelia me queda claro que si bien el movimiento pejista y el asesino Lopez Obrador están detrás de ésto (y luego tienen el descaro de criticar la ortografía de los demás), por lo menos lo solaparán de una manera cínica, incluso, lo usarán como golpe político y no tendrán empacho en alinearse con el narcotráfico para lograr su cometido (wow, ¿de dónde saca todo esto? ¿Acaso es el hermano del "Chapito Guzmán"?). Lo que ellos no saben es que dicha estrategia ya no les funciona, y se les revertirá como ha ocurrido en el pasado (Supongo que en pasado de la realidad alternativa y psicodélica que fue Foxilandia...).
Solo resta decir que si efectivamente el precario movimiento pejista está detras de todo esto, que Dios los agarre confesados. Con la vida de gente inocente no se juega...... (Pues deberías ir cumpliendo tu amenaza, contigo y tus amiguitos anti-peje basta, dado que el movimiento es precario (jajaja), y dado que acabas de declarar que YA ASUMISTE COMO VERDADERO todo lo que tus amos te han dicho al respecto... y luego dicen que sí piensan...)".

El análisis de las columnas que publica este "humano del granjero" será materia del siguiente post. Saludos!!

Una razón más para apoyar a la izquierda libre en el 2008.

WAL-MART: lo barato sale caro (¡¡lean, esclavos, lean!!)


Marta Lamas, Proceso

Wal-Mart es la cadena comercial más grande del mundo. En México empieza la fusión entre Wal-Mart y Cifra en 1991 con SAM´S Club, y una década después, en 2000, surge Wal-Mart México, que tiene 702 unidades distribuidas en 64 ciudades y que es la compañía con más empleados en el país. La Suprema Corte de Justicia acaba de asestarle un golpe, al resolver que es ilegal la manera en que Wal-Mart obligaba a sus empleados a canjear sus vales únicamente en sus tiendas, en un modelo similar a la porfiriana tienda de raya (El Universal, 7 de septiembre). Ojalá y además alguien le pusiera límites al círculo vicioso que produce la presión que este gigante aplica sobre sus proveedores, pues tiene consecuencias negativas sobre toda la sociedad.

Para ofrecer los precios más bajos en el mercado, Wal-Mart exige que el costo que le fijan sus productores baje año con año. Con ventas de millones de productos, Wal-Mart puede darse el lujo de ganarle sólo unos centavos a cada uno de ellos y aún así tener ganancias superlativas. De esta forma, Wal-Mart exprime a los fabricantes, forzándolos muchas veces a cerrar sus plantas en Estados Unidos y obligándolos a maquilar sus artículos en otros países, donde pagan salarios de hambre y los trabajadores no tienen seguridad social ni beneficios. Esta manera abusiva de bajar precios tiene un costo altísimo en las pequeñas y medianas empresas, en los trabajadores y, a la larga, en todas las personas. En México, el Frente Nacional contra Wal-Mart, A.C. ha planteado que con la apertura de cada tienda desaparecen 200 comercios pequeños y medianos en el área.

Además de sus márgenes de utilidad a costa de los productores, la política empresarial de Wal-Mart discrimina a las mujeres. En Estados Unidos, la mayor demanda de discriminación en función del sexo en la historia es contra Wal-Mart. Unas trabajadoras denunciaron que se les pagaba menos que a los hombres por el mismo trabajo, con rangos que iban de un 5% a un 15% menos por el mismo puesto, con el mismo nombramiento. Así mismo, cerca de 70% de los empleados de las 3 mil 400 tiendas en Estados Unidos son mujeres, pero menos de 15% de éstas llegan a ser managers. Ellas argumentaban que el proceso de selección para los puestos altos de administración no era abierto, sino que dependía de una decisión subjetiva a cargo de los managers hombres. Sus testimonios fueron contundentes y mostraron la práctica de negarles el puesto de supervisora "porque no pueden cargar un costal de comida de perro de 50 libras". Igualmente, relataron las represalias que sufrían si se quejaban o protestaban.

El juez consideró que había evidencia sobre el hecho de que las mujeres ganaban menos que los hombres haciendo el mismo trabajo, que la brecha salarial entre ambos aumentaba con el tiempo, que las mujeres tardaban más para ascender a posiciones de management y que había menos de ellas en los niveles directivos de la organización. El legajo del caso llegó a tener un millón 250 mil fojas, con 200 testimonios juramentados.

Lo trascendente de esta demanda es que se trata de un class action suit, o sea una demanda que no toma aislado cada caso, sino que los unifica por su clase: acciones colectivas (figura que lamentablemente no existe en México). Los abogados de Wal-Mart trataron de que el juez tomara por separado las demandas de las empleadas, con el argumento de que cada tienda opera con gran autonomía, casi como negocio independiente. Sin embargo, después de estudiar cuidadosamente la evidencia a lo largo de nueve meses, el juez decidió que las tiendas eran idénticas en estructura y responsabilidades laborales, que había una cultura común que unía a la compañía y que existía una política laboral general.
Ante ese fallo, los abogados de Wal-Mart apelaron, ¡y perdieron!
En febrero del año pasado, la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito afirmó que sí se trata de un class action suit. Los abogados de Wal-Mart utilizaron otro recurso legal, y pidieron una revisión de la apelación, y en diciembre del año pasado se confirmó la orden de certificación del class action suit. La class action incluye a todas las mujeres que trabajaban en las 3 mil 400 tiendas de Wal-Mart: un millón 600 mil empleadas. Ante la publicidad negativa que esta batalla legal le está generando, Wal-Mart anunció una nueva clasificación de los trabajos y una estructura salarial distinta.

En México, unas ONG ya investigan las condiciones de trabajo de los trabajadores y trabajadoras de Wal-Mart. Mientras tanto, tratan de develar el paraíso fiscal en que se desenvuelve esta tienda (por la disparidad entre los datos de sus utilidades y los de los impuestos que paga). En paralelo, un grupo de especialistas del derecho intenta que en nuestro país se establezca la figura jurídica del class action suit. Y aunque las grandes transnacionales y los monopolios nacionales se oponen, como era de esperarse, la propuesta comienza a tomar vuelo. También empieza a conocerse el boicot que en México está cundiendo en contra de Wal-Mart. Véase por donde se vea, esta compañía representa las peores prácticas empresariales. Ya lo dice la sabiduría popular: lo barato sale caro.

jueves, 18 de septiembre de 2008

¡Ash, claro que no! ¡El Peje tiene la culpa de todo lo malo en la historia de la humanidad!

Calderón es un peligro para México

SATIRICOSAS
Manú Dornbierer

La famosa frase goebbeliana del candidato Felipe Calderón: “López Obrador es un peligro para México”, se le puede hoy aplicar a él, pero con la diferencia de que el espurio ha demostrado durante dos años en hechos su alta incompetencia y peligrosidad, ya que el país va en picada en todos aspectos. ¡Por eso está pidiendo Lipe 1,723 millones de pesos al Congreso para su personal publicidad que hasta el PRI le reprocha!

Pero hoy mismo el peligro es mayor y México está al borde del precipicio: 1.- Por la inconstitucional lucha calderonista de entregar el petróleo a las compañías extranjeras. 2.- Por la inminente aplicación de un Plan México, disfrazado de Iniciativa Mérida, es decir la intervención de militares gringos en México, como en Colombia. ¡Y todavía recorta aquí los programas sociales para meter 40% más en su personal narcoguerra cuyo resultado son casi 6 mil ejecuciones y ningún beneficio para la sociedad mexicana!

Calderón logró su verdadero cometido al enfrentar, aun contra la opinión de la ONU, al Ejército Mexicano contra los narcos. Hoy el Washington Post asegura que la intervención es una necesidad para USA. Esta es la nota:

“El grado de violencia criminal en México, similar al de Afganistán: Washington Post”.

“La guerra en México (contra el narcotráfico) es, a su propia manera, tan crítica a los intereses de Estados Unidos como la de Afganistán; en ambos casos, un mayor compromiso estadounidense es requerido”, afirma The Washington Post en su editorial “La guerra de México”, publicado el diez de septiembre de 2008.

“Más soldados y oficiales policiacos mexicanos han muerto combatiendo las bandas de la droga en los últimos dos años que el número de tropas estadounidenses y de la OTAN abatidas combatiendo contra los talibanes. Las bajas civiles han sido igual de numerosas y de espeluznantes. Se han dado veintenas de decapitaciones, masacres de familias enteras y asesinatos de altos oficiales. Según la cuenta oficial, los secuestros en México ahora son de 65 al mes, en promedio, un rango mucho más elevado que en Afganistán e Irak”, señaló.

“Algunos funcionarios mexicanos argumentan que la escalada de la violencia es indicadora del éxito del Gobierno –al enfrentar y atacar a las bandas de la droga–, aunque han provocado un revire. La mayoría de los mexicanos parece creer que el Gobierno está perdiendo la guerra”, afirma el Post.

El editorial señala que el desafío que enfrenta el presidente Felipe Calderón, quien “valientemente declaró la guerra” a los cárteles del narco, recibe relativamente poca atención en Estados Unidos “porque los estadounidenses, en muy raras ocasiones, están entre las bajas”. Sin embargo, subraya que es el dinero de los consumidores de droga en Estados Unidos, y también el flujo de armas a México, lo que está “nutriendo esta guerra”.

Lo que está en juego, afirma, “no es sólo el éxito del Gobierno liberal y amistoso del señor Calderón, sino la sobrevivencia de la democracia de México; no sólo la estabilidad de un vecino, sino la capacidad de Estados Unidos de controlar la inmigración ilegal”.

Recordó que recientemente el Congreso aprobó 400 millones para asistir al Gobierno mexicano, “la mayoría de los cuales serán usados para mejor armar y equipar al Ejército”. Advierte que “el problema más grande del señor Calderón podría ser la ausencia de fuerzas confiables. La mayoría de la Policía de México es contratada y administrada localmente; sólo 20 mil agentes son federales. El Ejército es menos corrupto, pero aun la dedicación de 40 mil elementos ha fracasado en cambiar la marea contra las bandas.

“El nuevo financiamiento estadounidense debería ayudar, pero el próximo Gobierno en Washington haría bien en explorar si más asistencia podría ser ofrecida para capacitar a las fuerzas mexicanas, como los asesores estadounidenses han ayudado a profesionalizar al Ejército colombiano”.

Más claro ni el agua. Prepárense, incompetentes y/o corruptos militares mexicanos a que vengan a darles clases de cómo ser decentes, buenos y más abusados los verdugos de Irak y de Afganistán.
URGE LA DESTITUCIÓN

Después de esta lectura del editorial del Washington Post, si tienes dos centavos de seso entenderás que por fin están a punto de lograr su sueño dorado los que siempre han deseado que México sea descaradamente una colonia gringa-fascista. Y los que no hayan tenido tan dulce sueño estarán de acuerdo que es ahora o nunca cuando hay que pararle el alto al espurio, pero no con ese panista verbo “derrocar” que hace pensar en “reprimir”. Destituir, sí pero dentro de la Ley. La propuesta es de un grupo de juristas y de los que nos unamos: Hay que destituir a un presidente que ha llevado al país a ser peor productor que el mismo minúsculo Haití, que quiere entregar a extranjeros nuestro petróleo e instalar un Plan México. ¿Qué más esperan?

Jaime Cárdenas y Jesús González Schmall presentaron el once de septiembre pasado en la Procuraduría General de la República una denuncia contra Felipe Calderón por “traición a la patria”, ya que sus iniciativas de reforma energética violentan diversas disposiciones constitucionales. Lo malo es que la PGR es una dependencia del Ejecutivo en vez de ser una instancia ciudadana independiente. Y el jefe ahí es nada menos que Calderón y su subalterno es el procurador Eduardo Medina-Mora, también conocido por sus derechos de autor en el mundialmente repudiado caso “Atenco”, la venganza de Fox contra mexiquenses que no quisieron entregarle sus tierras para el nuevo aeropuerto del DF, que no llevara como el vigente el nombre de Benito Juárez del que retiró el retrato de su oficina en cuanto llegó. De la PGR ambos juristas Jesús González Schmal y Jaime Cárdenas fueron a presentar en el Senado, de acuerdo con el Artículo 11 de la Carta Magna, una denuncia “por ataques a las instituciones constitucionales y atentado al buen despacho de los asuntos públicos”.

En las denuncias contra Calderón participan también los juristas: Raúl Carrancá y Rivas, Juventino Castro y Castro, Virgilio Caballero (fundador del Canal del Congreso que pronto estará, como siempre debió estar, en la TV abierta), Raúl Jiménez Vázquez, Teresa Aguirre, Jaime López Vela y Alberto Montoya. Fueron también presentadas en el Partido del Trabajo.

Jaime Cárdenas especificó que la exigencia de juicio político (para Calderón) responde al “atentado” que el presidente “designado por voluntad de los magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial, no por voluntad mayoritaria del pueblo de México”, hizo a la Constitución al presentar seis iniciativas en materia energética “que pretenden entregar los recursos del subsuelo, el petróleo, el gas y la petroquímica a intereses extranjeros.

“Y como también viola el Código Penal Federal, dijo, eso constituye o puede constituir un delito de traición a la Patria”. Jesús González Schmall, por su parte, precisó que el Artículo 123 de dicha legislación señala que incurre en delito de traición a la patria “el servidor público que atente o contravenga el principio de soberanía nacional y comprometa los recursos nacionales a potencias o intereses extranjeros”.

La destitución se puede dar en completa tranquilidad sin la participación de los diputados, ni de la PGR; bastaría con las dos terceras partes de los senadores presentes en la sesión del primero de diciembre, para cumplir la profecía de Porfirio Muñoz Ledo, que por cierto se concretó a decir que no cree que Calderón pueda terminar su periodo, dice el magistrado Raúl Domínguez al que consulté para saber las reales posibilidades de la denuncia de los juristas antes citados.

Me puso a soñar con un día maravilloso que podría ser para México después de 36 años de nefasto sometimiento, el de la verdadera “Independencia del Neoliberalismo”. La de España es ya obsoleta y además se está revirtiendo ¿o no, tesorito Mouriño? Los bancos españoles se llevan en un año más oro del que se llevaron en 300 años de colonia oficial. La del Neoliberalismo es la independencia que se aplica a este siglo y momento. Me imaginé con los datos que me dio Raúl, ese día…

Si de los 128 legisladores que integran el Senado, asistiera a sesionar la mitad más uno, la cual sería igual a 65; y de éstos, las dos terceras partes serían 44, entonces existirían suficientes senadores para decretar separado de la Presidencia a Felipe de Jesús Calderón e Hinojosa. ¡Uf!

Sin embargo, hay tres disposiciones, me dijo, en la Constitución (108 párrafo segundo, 110 párrafo penúltimo y 111 párrafos cuarto y séptimo), que son tan viejas que en aras de la Presidencia infalible ni siquiera previeron el juicio político contra el titular del Poder Ejecutivo, pero sí tienen prevista su separación con el voto de las dos terceras partes de los senadores presentes en la sesión en que sea acusado de delitos graves. Entonces procede, pregunté – Sí, procede.
PRESIDENTES NEOLIBERALES DESTITUIDOS

Que no estamos preparados para destituir a un presidente, dicen los cobardes. ¿Somos menos que otros?

En el Continente, de 1992 a 2005 cayeron ¡8! Ocho presidentes neoliberales: 1.- En Brasil el derechista Fernando Collor de Melo, obligado a dimitir el 29-12-1992, por una movilización que entró al Congreso y a la Corte Suprema al grito de “Fuera Collor”. 2.- En Venezuela, en mayo de 1993 el pueblo derrocó a Carlos Andrés Pérez. 3.- En Argentina, el 20-12- 2001, le tocó a Fernando de la Rúa. Su reemplazo Eduardo Duhalde, sólo duró 15 meses y tuvo que adelantar elecciones. 4.- Ecuador se quitó de encima en febrero de 1997 a Abdalá Bucaram; el 21-1-2000 a Jamil Mahuad y el 20-4-2005 por insurrección popular a Lucio Gutiérrez. En Bolivia Sánchez de Lozada, en 2003 cayó por genocida y en octubre de 2005 le tocó a Carlos Mesa, su reemplazo.

¿No que muy machos, mexicanos? No hay necesidad de esperar 30 años para una revolución en la que muera un millón de personas. Vayámonos por la vía legal y pacífica de la separación del puesto de ese peligro mortal para México que es Calderón.

satiricosas@mexico.org

lunes, 15 de septiembre de 2008

Televisa, Cemex y amigos que los acompañaron en el periplo judicial (y apoyadores morales, como Arreola comprenderá...)

México SA

Carlos Fernández-Vega
cfvmx@yahoo.com.mxcfv@prodigy.net.mx

■ Política extremadamente suave para las grandes empresas

■ Severidad fiscal para los ciudadanos de a pie

Cada que alguna autoridad “desnuda” las evasivas prácticas fiscales de los grandes corporativos (nacionales y extranjeros) que operan en el país, es inevitable recordar aquella pública cuan virulenta reacción de la cúpula empresarial, apenas unos días antes de los comicios de 2006: “los empresarios no hacemos otra cosa que pagar impuestos; estamos indignados con esa acusación sin fundamento”.

La queja se produjo luego que el candidato con apodo de pez denunció que “los de arriba no pagan impuestos”, ante lo cual los representantes del gran capital se rasgaron las vestiduras y gritaron a todo pulmón que “los empresarios aportamos a la Secretaría de Hacienda el 62 por ciento de lo recaudado por el fisco el año pasado” (Consejo Coordinador Empresarial) y que “en el caso de México lo que se está generando como impuestos es lo que pagan los empresarios, es lo único que se está gastando; exigiríamos que nos reconozcan como generadores de empleos y (pagadores) de impuesto. En caso contrario haríamos una huelga fiscal para que se nos con reconozca ese papel” (Coparmex).

Han transcurrido dos años desde aquella denuncia de Andrés Manuel López Obrador y de la consecuente “reivindicación” mediática del corporativismo empresarial, y según corre el tiempo crece el número de casos documentados que demuestran un par de cosas: que el candidato con apodo de pez sólo habló con la verdad, y que allí está el fisco cada día más deteriorado y sin elementos para desmentirlo.

Dos años, pues, a lo largo de los cuales se ha documentado la sangría que para las finanzas nacionales significa no sólo una política impositiva extremadamente suave para el gran capital, pero severísima con los de a pie, y una Secretaría de Hacienda que pierde el 60 por ciento de las demandas fiscales interpuestas por los mismos grandes corporativos que tienen manga ancha en materia tributaria, sino una legislación con cientos de puertas de salida de emergencia para que la evasión y elusión de los monstruos sagrados de la iniciativa privada sin más se concrete en las narices de la “autoridad”, obvio es que en detrimento del erario.

La Auditoría Superior de la Federación, por ejemplo, ha denunciado cualquier cantidad de casos relativos a la evasión y elusión fiscales del gran capital, así como el festín de los llamados créditos fiscales (con garantía de borrón y cuenta nueva), e incluso la práctica, digna de ciencia ficción, de algunas grandes empresas que no pagan impuestos, pero sí reciben devoluciones por parte del SAT.

Pues bien, ya le salió otra raya al tigre. Resulta, como lo denunció La Jornada en su edición de ayer, que dos vacas sagradas de los monopolios privado que operan en el país (Cemex y Televisa, y algunas de sus subsidiarias) exigieron la protección de la ley e intentaron ampararse no sólo para mantener su estatus de evasores “legales” del fisco, sino para que la autoridad en este renglón “les devolviera cientos de millones de dólares que les cobró la Secretaría de Hacienda por invertir en los llamados paraísos fiscales de 2003 a 2005”.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación, felizmente, negó los amparos exigidos por Televisa (Emilio Azcárraga Jean), Cemex (Lorenzo Zambrano) y amigos que los acompañaron en el periplo judicial, al tiempo que validó la constitucionalidad de los artículos de la Ley del Impuesto sobre la Renta vigente en 2005, impugnados por dichos consorcios y relativos a las inversiones efectuadas por empresas mexicanas en paraísos fiscales. Se les negó, porque “son trasnacionales que buscan eludir el principio más básico que sustenta nuestro sistema impositivo, el cual se fundamenta en la solidaridad y el principio de la equitativa distribución de la riqueza a través del gasto público” (ministro Genaro Góngora Pimentel dixit).

De hecho, Cemex lo acepta con toda frescura (se respeta sintaxis original): “nuestra estrategia general es estructurar nuestras operaciones mundiales para minimizar o diferir el pago de los impuestos sobre la renta sobre una base consolidada. Muchas de las actividades que llevamos a cabo para alcanzar dicha estrategia de reducción de impuestos son altamente complejas e involucran interpretaciones de leyes y normatividad en múltiples jurisdicciones, y están sujetas a revisión por las autoridades fiscales correspondientes. Es posible que las autoridades fiscales cuestionen nuestra aplicación de la normatividad a nuestras operaciones. Las autoridades fiscales, en el pasado, han cuestionado las interpretaciones que hemos hecho y han determinado impuestos adicionales. Aunque hemos pagado algunos de dichos impuestos adicionales, en general creemos que dichas determinaciones no han sido significativas y que hemos tenido éxito en mantener nuestras posturas. Sin embargo, no podemos asegurar que continuaremos teniendo éxito como lo hemos tenido en el pasado o que las apelaciones pendientes de las determinaciones existentes serán resueltas en nuestro favor” (Informes 2005 a 2007).

Desde luego, no es el único caso, aunque Cemex es emblemático. La mayoría de los informes que, por ley, divulgan los consorcios que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores reconocen que sus utilidades en tal o cual periodo resultaron mayores a las previstas porque pagaron menos impuestos, producto de trucos contables y el uso de alguna de las cientos de puertas que la ley respectiva deja abiertas, o, en su defecto, porque las devoluciones fiscales fueron mayores a las originalmente planeadas. En algunos casos, por las dos causas.

Sin duda, la SCJN anota un buen tanto con su decisión, mientras en Los Pinos sonríen y son felices, porque para 2009 consideran “innecesaria” modificación alguna en el aspecto fiscal, pues se dicen satisfechos y realizados con la “reforma tributaria” que el Congreso aprobó el año pasado, o lo que es lo mismo se aferran a que las cosas no muevan un milímetro en el plano tributario para el gran capital, cuando a todas luces por allí debe iniciar el trabajo para reflotar el navío.

Las rebanadas del pastel

Congruencia, ante todo: mientras el inquilino de Los Pinos anunciaba “sacrificios presupuestales para resolver el problema de la inseguridad”, los senadores priístas Carlos Lozano y Fernando Castro denunciaban a Calderón por gastar, vía Servicio Postal Mexicano, “240 millones de pesos en el envío de propaganda política con motivo de su segundo informe, y con un sesgo político-electoral a favor del PAN”. De ser correcta esa cifra, de una sola mordida el michoacano se “comió” el 5 por ciento del presupuesto anual (2008) de Sepomex. Si esas son las “manos limpias”, ¿cómo estarán las sucias?

(http://www.jornada.unam.mx/2008/09/13/index.php?section=opinion&article=026o1eco)

miércoles, 3 de septiembre de 2008

"Borreguicemos México"...

"Manos limpias"
Jorge Carrasco Araizaga

MÉXICO, DF, 29 de agosto (apro).- “Manos limpias” se llamó la operación que, a principios de la década pasada, echó a andar la Procuraduría General de Italia para acabar con el entramado político y empresarial que utilizó el aparato público en beneficio de los grupos mafiosos locales.

La institución encargada de procurar justicia reaccionó de esa manera a las protestas sociales propiciadas por el asesinato, en 1992, de los jueces Giovanni Falconi y Paolo Borsallino.

Ambos se empeñaron en encarcelar a los mafiosos napolitanos y a sus cómplices. Pagaron con su vida. Pero ante la creciente protesta de la sociedad, que superó el miedo a la mafia de Nápoles (la Camorra) y salió a las calles, la Procuraduría General en Roma decidió seguir construyendo sobre las bases sentadas por los jueces.

La operación “Manos limpias” se dirigió hacia lo que era voz pública: las redes de protección institucional de la mafia. Políticos de todos los partidos, autoridades y empresarios acabaron en la cárcel.

La justicia alcanzó a los exprimeros ministros, Bettino Craxi y Giulio Andredotti, importantes líderes de la Democracia Cristiana. Pero también cayeron muchos empresarios que, coludidos con autoridades y mafiosos, se movían fácilmente entre la legalidad y la ilegalidad.

Para sobrevivir, la delincuencia organizada requiere de la protección institucional. A su servicio están gobernantes, funcionarios del Ejecutivo, senadores, diputados, jueces o cualquier empleado que esté en condiciones de dar cualquier tipo de protección.

Al final, delincuentes y servidores públicos desarrollan una relación simbiótica en la que sacan provecho de su vida en común. México es ahora ejemplo mundial de esa situación.

Pero la protesta social producto de la inseguridad pública puede convertirse en un instrumento político.

En 2004, la cúpula empresarial mexicana organizó una multitudinaria manifestación hacia el Zócalo de la capital del país para protestar contra el entonces presidente Vicente Fox y el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, por la incapacidad de sus administraciones de garantizar la integridad de las personas y la posesión de sus bienes.

No pasó nada. Ni los gobernantes respondieron ni los empresarios fueron capaces de convertir la protesta en un movimiento social por la seguridad.

Cuatro años después, los sindicatos empresariales patrocinaron una nueva protesta contra la inseguridad, bautizada “Iluminemos México”.

Pero esta vez la protesta no es contra el gobierno de Felipe Calderón. Todo lo contrario, lo que se busca es “responder” a sus insistentes llamados para que la sociedad se involucre en la lucha contra la inseguridad.

Basta revisar los membretes de las organizaciones que convocaron a la marcha. Son los mismos que en 2006, en violación de las leyes electorales, hicieron la campaña paralela a favor de Calderón.

Es cierto, ante la naturaleza del problema se requiere la participación social, pero no la desnaturalización de la protesta social. Hay de protestas a protestas.

Por supuesto que los sindicatos patronales están en su derecho de manifestarse porque han sido víctimas, como el resto de la sociedad, de las expresiones más violentas de la delincuencia.

Pero ¿cuánto tiempo tardaron en darse cuenta que la inseguridad es uno de los principales problemas del país? ¿Cuánto tiempo dejaron pasar antes que la delincuencia los alcanzara? ¿Contribuyeron en algo para superar las condiciones socioeconómicas de la inseguridad?

Calderón, curiosamente, se erigió como el candidato de “las manos limpias”. Casi dos años han pasado desde que tomó el poder y nada tiene que mostrar, no sobre su alegada honestidad, sino de su decisión de atacar la impunidad ahí donde tiene todos los instrumentos para hacerlo.

¿Acaso no sabe qué políticos, de cualquier partido, están involucrados con la delincuencia? ¿No tiene idea de qué empresarios van y vienen entre la legalidad y la ilegalidad?

No es con marchas promovidas desde los grupos de poder económico como Calderón va a lograr su siempre ansiado respaldo social.

Comentarios: jcarrasco@proceso.com.mx

(http://proceso.com.mx/analisis_int.html?an=61781)

Otro título podría ser: "Un hombre llamado BURRO (sentado)"...

Un hombre llamado fracaso
Álvaro delgado

MEXICO, D.F., 1 de septiembre.- La decisión de Felipe Calderón de enviar a Juan Camilo Mouriño a la Cámara de Diputados para entregar al Congreso el informe del segundo año de gestión gubernamental es una muestra de desprecio a quienes con sinceridad se manifestaron, el sábado, justamente contra la delincuencia y la impunidad.

Sólo por ignorancia, complicidad o simulación --esa enfermedad nacional que ahoga a la sociedad-- puede soslayarse que Mouriño es un delincuente confeso de usar sus influencias como servidor público para beneficiar a los negocios familiares, y ya hasta panistas reconocen que ese comportamiento es un ejemplo más de la ruptura de carácter ético del partido de la derecha.

Por supuesto, la multiplicación de las conductas delincuenciales desde el poder --esas que soslayan los histéricos locutores y amanuenses oficialistas-- no se explica sin la impunidad, sello de la casa con Calderón, tal como lo expresó Germán Martínez, presidente del Partido Acción Nacional (PAN), en una declaración que se enmarca en la galería de las desvergüenzas: “Que quede muy claro: En Acción Nacional lo respaldamos, lo hacemos con orgullo. Él es una muestra de la nueva clase política que está construyendo el país, una buena muestra de profesionalismo, de decencia pública y capacidad. ¡Eso representa Juan Camilo Mouriño!”.

Martínez expresó, con esas palabras, la hondura de la impunidad en la actual administración, pero lo hizo sobre todo en los hechos cuando fungió, transitoriamente, como secretario de la Función Pública, en teoría encargado de vigilar el comportamiento legal y ético de los servidores públicos, de los exfuncionarios y de sus parientes.

Fue la política del encubrimiento y no su breve paso para luego presidir por órdenes de Calderón el apéndice partidista del gobierno --como él mismo lo aceptó y consta en el libro El engaño: Prédica y práctica del PAN-- lo que explica que Fox no sólo ostente groseramente su fortuna --y las de sus hijastros--, sino que haya sido llamado como mariscal del inminente proceso electoral.

Así, en materia de combate a la delincuencia común y organizada, incluyendo la que ostenta cargos gubernamentales --como lo prueba el caso Mouriño, Fox y su mujer--, los marchistas del sábado 30 de agosto pueden estar seguros de que no ocurrirá nada eficaz, más que encuentros de relaciones públicas como los efectuados el mismo domingo, con Calderón y Marcelo Ebrard.

Ocurrió exactamente lo mismo hace cuatro años: Entre los 80 puntos que hizo suyos, como ahora Calderón y Ebrard –y seguramente lo harán el resto de los gobernadores, incluyendo el señoritingo Enrique Peña--, Fox les dio por su lado a los convocantes y se comprometió a crear, por ejemplo, un Instituto de Seguridad Pública y Justicia Social, que hasta se publicó en el Diario Oficial de la Federación.

Nada ocurrió por una sencilla razón: No hubo voluntad política y se mediatizó la legítima expresión de un importante sector de la sociedad civil para fines políticos, particularmente en la disputa electoral del 2006. Ahora, lamentablemente, se apunta en el mismo sentido, en una maniobra distractora para encubrir un problema tan grave como la inseguridad: La implacable crisis económica que se abate sobre la sociedad.

La semana pasada, en este espacio, apuntamos el deterioro de indicadores económicos, que ahora ratificamos: La inflación se dispara --el Banco de México hoy justamente subió su estimación de 5.07 a 5.61%--, mientras que se sigue contrayendo la actividad productiva --el año pasado el gobierno estimaba un crecimiento de 3.7%; en enero redujo sus estimaciones a 2.8% y ahora si acaso será de 2%--, cae la inversión nacional extranjera, las remesas de dólares que envías los mexicanos de Estados Unidos se desploman y el desempleo cunde.

Hoy mismo, lunes 1 de septiembre, se materializó otro gasolinazo: El precio del litro de las gasolinas subieron entre dos y tres centavos. Y de pilón, el pactito que Calderón firmó con las grandes cadenas de supermercados para congelar los chiles enlatados --previamente reetiquetados-- se desbarató, como se había anticipado.

Por eso no es cierto lo que desde las atalayas oficialistas se grita con histeria: Que el grupito --cada vez menor, como miden las encuestas-- de fanáticos de Andrés Manuel López Obrador quiere “tumbar” a Calderón.

En realidad, este personaje, si cae, no será en razón de un plan cuidadosamente urdido por sus más fieros adversarios --que para él y su jauría son enemigos--, sino por su propia ineptitud y el hartazgo de quienes lo llevaron al cargo, es decir, el amasijo de intereses a menudo delincuenciales entre políticos y traficantes de influencias, uno de cuyos ejemplares se llama Juan Camilo Mouriño.

Sí, el mismo que hoy --por cierto, estrenando lentes-- entregó en la Cámara de Diputados una copia del informe de gobierno, un documento burocrático en el que --en una rápida lectura-- no se atisba ninguna grandeza…

Apuntes

Pero si Calderón no cumple como gobernante de todos los mexicanos, no lo hace ni siquiera con los suyos: Justo a la hora en que Mouriño llegó al recinto de San Lázaro, a unos pasos de ese lugar la diputada federal del PAN Dolores de María de Manuell-Gómez Angulo, mejor conocida en Baja California como Dolores de Méndez, inició una huelga de hambre en protesta por las altísimas tarifas de luz eléctrica que, en campaña, Calderón se comprometió a bajar si votaban por él y que ya se le olvidó. Los habitantes de Mexicali pagan tarifas 58% más altas y los recibos son de más de 5 mil pesos mensuales y por eso le exige a Calderón que cumpla con su palabra de aplicar un subsidio. La legisladora, quien se define como “socialista” en el PAN, tiene antecedentes de rebeldía: Cuando fue diputada local entre 1989 y 1992, justo cuando el PAN conquistó con Ernesto Rufo la primera gubernatura, se declaró independiente y fue suspendida de sus derechos. Ahora no sólo está dispuesta a que la expulsen del PAN, como ya la han amenazado, sino inclusive a morir. “Ya viví 60 años”, dice la mujer, quien desde aquellos años proclamaba: “Soy luchadora social por encima de siglas y partidos”… Aunque constitucionalmente se finiquitó el mensaje del jefe del Ejecutivo en turno en sesión de Congreso General --uno de los rituales más grotescos del régimen presidencial vigente--, la reforma electoral permite que, por ejemplo, funcionarios como Calderón utilicen tramposamente la autorización legal para que durante 13 días fastidien con propaganda a los ciudadanos, sobre todo en radio y televisión. Pero si de suyo es grave el despilfarro, que se replica con todos los gobernadores y alcaldes, de todos los partidos --con cargo al presupuesto público--, lo más deleznable es el tuteo de Calderón a los ciudadanos… Por cierto, por salud pública, es necesario que se informe --con veracidad-- sobre el estado que guarda la salud, física y sicológica, de Calderón para frenar especulaciones sobre las razones ciertas de su caída...

Comentarios: delgado@proceso.com.mx

(http://proceso.com.mx/analisis_int.html?an=61813)