viernes, 12 de diciembre de 2008

Para Víctor Hernández: ahora sí ya me enfadaste los ovarios...

(No querría haber regresado con un tópico sobre los intentos de Víctor Hernández por erigirse en autoridad moral de los mexicanos, que no hacen sino dividir a la RCP, pero en fin... Valiente ayuda la de Hernández al movimiento democrático de AMLO...)

Francamente, qué güeva la moral victoriana (valga la redundancia) del director editorial del SDP. Si a quien sea le da la gana alegrarse por la muerte de otra persona (por ejemplo, George W. Bush), ¿qué diablos le importa a él o a los demás?

1) En primera QUIENES SE ALEGRAN DE LA MUERTE DE MOURIÑO Y ABASCAL NO LOS MATARON. Estamos hablando de meras cuestiones mentales, que a menos que existieran las capacidades telequinéticas, no pueden afectar a nadie.

2) TAMPOCO ESTÁN PROPONIENDO QUE SE OCASIONE LA MUERTE DE OTROS. La alegría es un sentimiento interno, como cuando alguien se pone feliz porque su equipo deportivo favorito gane alguna competencia: puede externarlo y ¡bien por él! No veo que le quite nada a nadie con su alegría expresada abiertamente. ¿Que a la gente que se alegra porque murieron Mouriño y Abascal no le gustaría que otros se alegraran por su muerte? La verdad, debería tenerle sin cuidado: una, porque generalmente las opiniones que le interesan a cada quien son las de sus seres queridos, y no las de una bola de weyes que no conocen (si no, pregúntenle a Fox); dos, porque probablemente si alguien llega al grado de alegrarse por la desaparición de una persona, a lo mejor dicha persona merecía esos “malévolos sentimientos” (que, en realidad, ni la benefician ni la perjudican); y tres, seguramente aquella persona que murió NO SE VA A ENTERAR.

3) Víctor Hernández no puede regatearle la libertad a nadie, y menos dar órdenes a sus lectores en uno de sus arrebatos autoritarios. Todos nos podemos sentir alegres por lo que se nos hinche el huevo y comentárselo a nuestro vecino de al lado, y Hernández ¿cómo chingados lo va a impedir? El espíritu fascista de los derechosos que adjudica a sus lectores "alegres" no es sino una proyección de sí mismo.

4) Los animales no se alegran por nada, y generalmente no tienen reacciones emocionales ante la muerte. Habría que ver quién es quién entonces.

5) Los regaños mochos de Hernández no vienen al caso para nada y lo único que generan es encono hacia él y su nueva línea editorial moralina -además de conservadora-, algo que no es propio de gente que se dice de "izquierda".

6) El país que yo quiero es uno en el que reinen la libertad, la igualdad y la fraternidad. Y la libertad incluye alegrarse por lo que a uno se le dé la gana sin que venga un pendejo ególatra pseudo-izquierdista a cagotearte por ello.

Sigo -y seguiré mientras sigan vigentes los ideales que compartimos- apoyando el movimiento democrático de Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, le tomo la palabra a Víctor Hernández y, a partir de hoy, boicot de mi parte al SDP. Al diablo con las empresas del oportunista Arreola!! Finalmente, quedan La Jornada (y JULIO HERNÁNDEZ) y Proceso, en donde no tengo que aguantar a soberbios descerebrados mentándome la madre, retándome a dejar de leerlos, teniendo ataques de histeria autoritaria, y dándome sermones vomitivos.

Una razón más para apoyar a la izquierda LIBRE en el 2008.

1 comentario:

PEPMAC dijo...

Te invito a un foro libre donde se analiza presisamente esto, entre otras cosas:

www.forinautas.tv

Saludos

PD. Eres de los que se dieron cuanta desde hace mucho de que lado masca mas la iguana