(No querría haber regresado con un tópico sobre los intentos de Víctor Hernández por erigirse en autoridad moral de los mexicanos, que no hacen sino dividir a la RCP, pero en fin... Valiente ayuda la de Hernández al movimiento democrático de AMLO...)
Francamente, qué güeva la moral victoriana (valga la redundancia) del director editorial del SDP. Si a quien sea le da la gana alegrarse por la muerte de otra persona (por ejemplo, George W. Bush), ¿qué diablos le importa a él o a los demás?
1) En primera QUIENES SE ALEGRAN DE LA MUERTE DE MOURIÑO Y ABASCAL NO LOS MATARON. Estamos hablando de meras cuestiones mentales, que a menos que existieran las capacidades telequinéticas, no pueden afectar a nadie.
2) TAMPOCO ESTÁN PROPONIENDO QUE SE OCASIONE LA MUERTE DE OTROS. La alegría es un sentimiento interno, como cuando alguien se pone feliz porque su equipo deportivo favorito gane alguna competencia: puede externarlo y ¡bien por él! No veo que le quite nada a nadie con su alegría expresada abiertamente. ¿Que a la gente que se alegra porque murieron Mouriño y Abascal no le gustaría que otros se alegraran por su muerte? La verdad, debería tenerle sin cuidado: una, porque generalmente las opiniones que le interesan a cada quien son las de sus seres queridos, y no las de una bola de weyes que no conocen (si no, pregúntenle a Fox); dos, porque probablemente si alguien llega al grado de alegrarse por la desaparición de una persona, a lo mejor dicha persona merecía esos “malévolos sentimientos” (que, en realidad, ni la benefician ni la perjudican); y tres, seguramente aquella persona que murió NO SE VA A ENTERAR.
3) Víctor Hernández no puede regatearle la libertad a nadie, y menos dar órdenes a sus lectores en uno de sus arrebatos autoritarios. Todos nos podemos sentir alegres por lo que se nos hinche el huevo y comentárselo a nuestro vecino de al lado, y Hernández ¿cómo chingados lo va a impedir? El espíritu fascista de los derechosos que adjudica a sus lectores "alegres" no es sino una proyección de sí mismo.
4) Los animales no se alegran por nada, y generalmente no tienen reacciones emocionales ante la muerte. Habría que ver quién es quién entonces.
5) Los regaños mochos de Hernández no vienen al caso para nada y lo único que generan es encono hacia él y su nueva línea editorial moralina -además de conservadora-, algo que no es propio de gente que se dice de "izquierda".
6) El país que yo quiero es uno en el que reinen la libertad, la igualdad y la fraternidad. Y la libertad incluye alegrarse por lo que a uno se le dé la gana sin que venga un pendejo ególatra pseudo-izquierdista a cagotearte por ello.
Sigo -y seguiré mientras sigan vigentes los ideales que compartimos- apoyando el movimiento democrático de Andrés Manuel López Obrador. Sin embargo, le tomo la palabra a Víctor Hernández y, a partir de hoy, boicot de mi parte al SDP. Al diablo con las empresas del oportunista Arreola!! Finalmente, quedan La Jornada (y JULIO HERNÁNDEZ) y Proceso, en donde no tengo que aguantar a soberbios descerebrados mentándome la madre, retándome a dejar de leerlos, teniendo ataques de histeria autoritaria, y dándome sermones vomitivos.
Una razón más para apoyar a la izquierda LIBRE en el 2008.
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1 comentario:
Te invito a un foro libre donde se analiza presisamente esto, entre otras cosas:
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Saludos
PD. Eres de los que se dieron cuanta desde hace mucho de que lado masca mas la iguana
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