jueves, 13 de noviembre de 2008
¡¡¡Ojalá AHORA SÍ ya nos divorciemos del Perreducho!!!
Astillero
Julio Hernández López
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
■ Cae el PRD
■ Ganador: Felipe de Jesús Ortega
■ Crear un partido de izquierda
En este replanteamiento cupular juegan un papel redituable los llamados Chuchos, pues ofrecen a buen precio las pizcas de sazón “izquierdista” que se requieren para mostrar platillos de presunta pluralidad partidista en los menús diseñados para consumo local y extranjero. El reparto del botín electoral de los años venideros requiere de esa “izquierda” oportunista y mercantil que permitirá instalar el año entrante una mayoría pripánica de diputados que pueda precisar y ampliar algunos de los puntos intencionalmente ambiguos e interpretables de la reciente enmienda petrolera, y que promueva y apruebe “reformas” en otros temas importantes. El jabón del Chucho agradecido también servirá en su momento para dejar rechinando de limpios los comicios de 2012 en los que la izquierda “civilizada” buscará aliarse a los “nacionalistas” del PRI para “sacar” a la derecha de Los Pinos, con un Beltrones al que especialmente apoyan los Chuchos clásicos o un Peña Nieto bien visto por la Alianza Democrática Nacional, del senador Héctor Bautista, en el estado de México.
El plan de negocios para los próximos años ya generó que ayer, en pago por servicios petroleros, se reconociera al licenciado Ortega como detentador de la mayoría de las acciones de la reconvertida empresa PRD, S.A. de Ch. V. (es decir, de Chuchos y Varios). Pero en el horizonte de mediano plazo se plantea la posibilidad de una toma chucha de ganancias en tres gubernaturas: Morelos (con Gra&Co), Guerrero (con Ruth, si no es colocada antes en un puesto federal de más importancia) y alguna otra entidad aún sin determinarse. También se explorarán las posibilidades de que algunos izquierdistas modosos puedan ser acomodados en puestos públicos federales (subsecretarías y direcciones generales) como muestra de la gran unidad nacional que se ha desatado luego de la caída de un jet en la ciudad de México.
El comportamiento de los Chuchos no debería extrañar a nadie, pues han sido congruentes: siempre se les acusó de ser colaboracionistas con el calderonismo, y lo primero que hizo ayer Ortega fue anunciar que buscará tener acuerdos con su compa Navarrete y con el güero González Garza para mantener diálogo con la administración felipista a través del enlace apellidado Gómez Mont. Es tan previsible y consecuente la conducta de los Jesuses que con la resolución tomada ayer por el beltronista tribunal electoral federal (donde el chuchismo había acomodado al magistrado Manuel González Oropeza) se está poniendo punto final a la historia relativamente aceptada de un partido que sirvió luego de 1988 como cauce de desahogo de inconformidades cívicas y que a lo largo de los años se fue pervirtiendo aceleradamente.
Felipe de Jesús Ortega ha llegado a la presidencia del PRD al fin. No sólo porque al fin alcanza el cargo al que tantas veces se postuló, sino porque con su designación pone fin a las de por sí escuálidas expectativas de ejercicio sano de una política de izquierda desde ese partido y lo convierte en un Perreducho, en una versión moderna del Ferrocarril (el Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional) de Aguilar Talamentes. Sin embargo, Alejandro Encinas ha considerado “inadmisible” la resolución federal que favorece a Ortega, pero no ha precisado de manera indubitable su rechazo a la posibilidad de ocupar la secretaría general en ese comité nacional que sería espurio sólo en la porción ocupada por los Chuchos.
A lo largo de las movilizaciones encabezadas por López Obrador para protestar por el fraude electoral y, luego, para defender el petróleo, se ha expresado un creciente rechazo a los mencionados Chuchos, aunque el dirigente de ese movimiento ha preferido hacer malabares de cúpula para mantenerlos lo más posible en el retablo formal de la lucha que ha combinado expresiones de calle con acciones en las cámaras. Pero el ascenso de los Chuchos y su actual fuerza numérica en el poder legislativo son algunos de los errores graves que en 2006 cometió López Obrador, cuando cedió las candidaturas federales porque consideraba que desde Palacio Nacional podría corregir las previsibles desviaciones que tendrían.
Hoy, frente a un rediseño político agresivo, en el que los Chuchos servirán para impulsar el aislamiento y la marginación del lopezobradorismo, el movimiento social de izquierda y el dirigente tabasqueño tienen la oportunidad de romper claramente con el cascarón negro y amarillo y convocar a un proceso que en primera instancia, por las limitaciones legales del caso, participe en los próximos comicios a través de lo que quede del Frente Amplio Progresista, es decir, el Partido del Trabajo (que ha mantenido una postura firme y clara, y que está dispuesto a promover candidaturas externas en donde sea necesario) y Convergencia, aunque esta organización coquetea con la idea de presentarse en solitario a los próximos comicios, y sentar, a partir de esta primera experiencia electoral no perredista, las bases para la creación de un nuevo partido de izquierda. Todo lo demás (acusar a los Chuchos de lo sabido, gastar adjetivos en desahogos, pelear en el plano “institucional”, hacer disquisiciones en el terreno jurídico electoral) es lo de menos. Y, mientras la mano gringa anuncia que no hubo sabotaje aéreo, ¡hasta mañana, con presupuesto federal aprobado!
miércoles, 5 de noviembre de 2008
Mi comentario para poner en una nota sobre la muerte de Juan Camilo Mouriño...
Hola, soy lopezobradorista, estoy muy feliz y contenta por la muerte de Mouriño, ya que yo soy una chaira ignorante e insensible. Sólo los panistas tienen sentimientos y decencia, el resto de la humanidad no (incluida gente de otra nacionalidad que difícilmente podría ser militante del PAN). Quiero dejar perfectamente claro que soy una inculta muerta de hambre que acata borregamente y sin chistar las órdenes de mi mesías AMLO, y por lo tanto, al igual que cínicamente él se ha burlado de la muerte de Mouriño y del dolor de su familia, yo me burlo, porque todos nosotros los de izquierda somos inferiores en todo sentido a los nobles panistas, esos seres superiores intelectual, racial y desde luego moralmente. Todos deberíamos ser como ellos y el mundo sería un lugar perfecto, porque todo se quedaría como está, y como de hecho ya es perfecto, pues no habría nada que modificar y nos sentaríamos cómodamente a esperar nuestra muerte, sin movernos, como los muertos.
Por eso, merezco que me odien y me declaren la "guerra" los "pacíficos"... Porque "la guerra la hacen los valientes", y eso yo lo desconozco, soy una cobarde que evita a toda costa las ideas bélicas. Qué insensible de mi parte.
Mala persona que es una. Mala, mala, mala, no me consterna la muerte de San Mouriño más de lo que me consternan las miles de muertes de personas alrededor del mundo de las que no tengo conocimiento, la mayoría de ellas inocentes, muchas de ellas por HAMBRE. Quiero que todas las personas cuya muerte (a diferencia de Mouriño) se puede evitar, vivan, aunque no las conozca, y por eso estoy en contra de un sistema QUE LAS CONDUCE DIRECTO A LA MUERTE Y NO HACE NADA POR SALVARLAS AUNQUE ESTO SEA POSIBLE. Cualquier cosa, cualquier milagro, por lo menos que Taravisa deje de pedirle dinero para el Teletón al pueblo con paupérrimo poder adqusitivo cuando sus dueños PODRÍAN AYUDAR A TODOS LOS DISCAPACITADOS, ENFERMOS Y POBRES DEL PAÍS CON ÚNICAMENTE LOS MILLONES EN LOS QUE SE PUDREN Y QUE LES SOBRAN. Claro, eso si fueran menos "bondadosos, nobles, desinteresados, generosos y sensibles" de lo que son...
Pero no evitan esas muertes NO ACCIDENTALES... Qué gran muestra de calidad humana y altísimos valores morales, quasi divinos... Es algo que yo desconozco totalmente, porque concuerdo acrítica y absolutamente en todo con Andrés Manuel López Obrador, quien es "un peligro para México" y es peor que Hitler y Drácula juntos. Entonces reitero: ja ja. Qué gusto me da que se murió Mouriño. Ja ja. Es el día más feliz de mi vida. A partir de hoy, el mundo no volverá a ser el mismo para nadie, especialmente para mí que nunca me había ido tan bien en toda mi existencia. Habrá una modificación tan radical en la vida de todos, que puede considerarse un parteaguas en la historia, como el descubrimiento de América o la Revolución Francesa.
¿Cómo ven? ¿Pasa por comentario de derechista fingiendo ser lopezobradorista para que se diga que el movimiento encabezado por López Obrador se alegra ante la muerte de un prójimo? Ya sé que no puse las zetas y las haches exageradas, pero me da flojera fingir que escribo mal. Es mucho trabajo hacer que se vea tan natural como los derechosos.
Hablando en serio, no me alegra la muerte de Mouriño, pero tampoco me entristece. Obviamente a todo mundo le duele la pérdida de sus seres queridos, pero no era el caso más que de los amigos y familiares de ese señor. Las muertes accidentales no son injustas, porque no las provoca nadie. Las muertes provocadas por acción y por omisión si son injustas, y esas son las que me entristecen aunque no se trate de personas cercanas a mí.
Y descansen en paz todos los muertos de ayer. Y tan tan.